porque debemos prescindir o renunciar a cualquier tipo de violencia
Respuestas a la pregunta
Respuesta: te voy a dar 13 respuestas
Explicación:Las escuelas deberían ser un espacio seguro en el que los niños puedan crecer y aprender. Sin embargo, este no es el caso para la mitad de los adolescentes del mundo.
Millones de niños sufren violencia, acoso y amenazas dentro y fuera de clase, lo cual puede perjudicar su salud física y emocional de por vida.
Para proteger a esta y a las futuras generación de niños, tenemos que estar unidos para exigir cambios y acabar con la violencia en las escuelas. Estas son 13 razones:
La mitad de los adolescentes del mundo sufren violencia en las escuelas. Alrededor de 150 millones de estudiantes de entre 13 y 15 años han confesado sufrir de violencia entre compañeros en la escuela y en sus inmediaciones.
Cerca de 720 millones de niños en edad de asistir a la escuela viven en países donde la ley no les confiere protección plena frente a los castigos corporales en la escuela. Esos niños están desprotegidos del castigo físico por parte de profesores y otras figuras de autoridad.
En todo el mundo, más de una tercera parte de los estudiantes de entre 13 y 15 años han sido víctimas de acoso. Según los datos disponibles, el acoso es uno de los tipos de violencia más comunes denunciados en las escuelas.
Los niños que ya están marginados son especialmente vulnerables al acoso. La discapacidad, la pobreza extrema, la etnicidad y la orientación sexual o la identidad de género son algunos de los factores que aumentan la vulnerabilidad de los jóvenes frente a la violencia.
En 39 países de Europa y Norteamérica, 17 millones de jóvenes adolescentes reconocieron que acosaban a sus compañeros en la escuela.
Uno de cada tres estudiantes de entre 13 y 15 años participa en peleas físicas en las escuelas. Los ataques físicos entre compañeros de escuela son más comunes entre los niños. Las niñas, por su parte, tienen más probabilidades de ser víctimas de formas de acoso psicológico o relacional.
En los últimos 27 años, se han producido al menos 70 tiroteos mortales en escuelas.
El ciberacoso permite a los perpetradores mantener su anonimato, pero tiene repercusiones tangibles. Las víctimas del ciberacoso tienen más probabilidades que otros estudiantes de consumir alcohol y drogas, faltar a la escuela, obtener malas notas y tener problemas de salud autoestima baja.
Aproximadamente 158 millones de niños de entre seis y 17 años viven en zonas afectadas por conflictos donde las clases no siempre son más seguras que las comunidades. Los niños que van a la escuela en zonas de conflicto se ven obligados a poner sus vidas en peligro para recibir educación.
En todo el mundo, el coste de la violencia contra los niños equivale a siete billones de dólares al año, lo cual debilita las inversiones en salud, desarrollo de la primera infancia y educación.
La violencia perpetúa la violencia. Los niños que crecen rodeados de violencia tienen más probabilidades de emplear la violencia cuando son adultos.
La violencia tiene consecuencias de por vida. El estrés tóxico asociado a una exposición reiterada a la violencia en la primera infancia puede interferir en el desarrollo sano del cerebro y llevar a comportamientos agresivos y antisociales, abuso de sustancias, comportamientos sexuales peligrosos y actividades delictivas.
La violencia en las escuelas es prevenible. Estudiantes de todo el mundo están trabajando para exigir la seguridad y la educación que merecen. Es el momento de seguir su ejemplo.