Historia, pregunta formulada por vickyrios540, hace 10 meses

porque creen que se presento el riesgo de la ingobernabilidad como un problema de democracia​

Respuestas a la pregunta

Contestado por miguel182009
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Respuesta:

Las reflexiones sobre la llamada crisis de la democracia se están poniendo a la orden del día. De los varios síntomas que permiten hablar de la mencionada crisis hay uno que se suele privilegiar: la democracia ha entrado en crisis porque se ha vuelto ingobernable. ¿Por qué? Sencillamente, porque existe una brecha -poco menos que insalvable, según parece- entre las crecientes demandas de la sociedad civil y la (in)capacidad del sistema democrático para dar cumplida satisfacción a tales demandas; incapacidad debida a la falta de recursos disponibles, a la crisis fiscal del Estado, a la quiebra del Welfare State, etcétera. Y si el régimen democrático se caracteriza por ser el que mejor (o menos mal) responde a las necesidades de los ciudadanos, no es exagerado concluir que la falta de adecuación contra el input (demandas sociales) y el output (satisfacción de tales necesidades) del sistema democrático crea una serie de "efectos perversos" (Bobbio) como paro, estancamiento, insatisfacción, etcétera, que se transforman fácilmente en factores de "disgregación social" (Pellicani) que a modo de "disolvente político" (Bell) ponen en entredicho la propia legitimidad del sistema democrático.¿Cómo superar esta crisis de eficacia -que es también de legitimidad- por la que atraviesa la democracia? Fundamentalmente son tres las propuestas que, por así decir, se presentan como alternativa: la marxista, la neoliberal y la socialdemocrática. Para la alternativa marxista (aclaremos que se trata de un veteromarxismo de orientación esencialista) la solución estaría en la planificación socialista que equilibraría las demandas con los recursos y capacidades existentes; para la alternativa neoliberal, al abogar por la restauración del libre mercado y la supresión de las prácticas asistenciales estatales, la solución se encuentra en la reducción forzosa de las demandas; para la alternativa socialdemocrática, en fin, la democracia superará la crisis racionalizando el llamado Estado social o de servicios. ¿Cómo valorar estas alternativas? Dos son los elementos no deseables de las propuestas mencionadas: exceso de autoritarismo y exceso de optimismo. Exceso de autoritarismo en la propuesta veteromarxista incapaz de responder a preguntas como ¿qué hay que entender por planificación?, ¿quién planifica?, ¿en virtud de qué criterios?, etcétera. Por lo demás, el estancamiento al que han llegado las sociedades del mal llamado "socialismo real", así como la "dictadura sobre las necesidades" (Heller y Feher) que tal "socialismo" propicia, debería dar suficientes elementos de reflexión a ciertos y empecinados paleomarxistas que, inasequibles al desaliento, persisten en sus afanes planificacionistas. Exceso de autoritarismo también en la propuesta neoliberal (y en la socialdemocrática, cuya "racionalización" no es otra cosa que la versión "blanda" y "dulce" de la propuesta neoliberal), que, con escasos miramientos, preconiza la reducción forzosa y forzada de las demandas sociales como vía de superación de la crisis. Exceso de optimismo -decíamos-, ya que las tres propuestas encuentran sus fundamentos últimos en la ilusión de un crecimiento sin límite. Y hoy la creencia en un crecimiento sin límites -creencia que, repito, es la piedra angular y auténtico deus ex machina de las propuestas que pretenden superar la crisis de eficacia de la democracia- se ha convertido en una ilusión ideológica, ya que tanto los presupuestos internos de tal crecimiento (innovación técnico-científica, recursos naturales) como los externos (adaptación del hombre y la sociedad a las transformaciones exigidas) no pueden superar ciertos límites objetivos. En efecto, las innovaciones técnicas (incluso en la versión del technology push protagonizado por las tecnologías energética, informática, biológica y marina) y los recursos naturales (energía, materias primas, productos de desecho, etcétera) ni son infinitos ni pueden satisfacer las galopantes necesidades de crecimiento del sistema. Pero no sólo fallan los presupuestos técnicos y materiales del crecimiento, sino que también el hombre y su cuerpo se rebelan y surge lo que se ha convenido en denominar "enfermedades civilizatorias" (perturbaciones vegetativas y psíquicas, falta de motivación laboral, etcétera), altamente disfuncionales para el, crecimiento.

Si te ayude dame coronita

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