Porque asia central se ha convertido en un objetivo estratégico de las potencias mundiales.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Asia Central (Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán) se ha convertido en poco tiempo en una zona de indudable importancia estratégica y en la que confluyen intereses crecientes de las grandes potencias.
Resumen: Los países de Asia Central (Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán) han adquirido en los últimos años un protagonismo cada vez mayor en las relaciones internacionales. Se trata de una región productora y exportadora de energía, cercana a Afganistán y que constituye una importante zona potencial de tránsito de mercancías entre Europa y Asia oriental y entre Rusia y Asia meridional. No es de extrañar, por tanto, que en Asia Central confluyan intereses crecientes por parte de las grandes potencias, tanto regionales (Rusia y China) como lejanas (UE y EEUU).
Análisis: Aunque las relaciones económicas, políticas y culturales entre España y Asia Central son todavía pequeñas (como consecuencia, en buena medida, del tardío despertar de España a las realidades asiáticas), el conjunto formado por Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán presenta un indudable interés para nuestro país. Por ejemplo, la Presidencia española de la UE en el primer semestre de 2010 ha coincidido con la presidencia kazaja de la OSCE. Kazajistán, además, es el único país de la región que se ha dotado de una política exterior específica con respecto a Europa, de manera que cabe esperar una creciente cooperación económica y política con la UE. Así, se comprende que España y Kazajistán tengan un acuerdo de asociación estratégica, firmado en 2009.
La abundancia de recursos energéticos, los desafíos medioambientales, el déficit en infraestructuras y el fuerte poder central de muchos de los países de Asia Central hacen de la región una zona atractiva para numerosas empresas españolas, en particular de energía (hidrocarburos y renovables), infraestructuras de transporte y comunicaciones, tratamiento y distribución de agua y material de transporte, entre otros sectores.
Por tanto, disponer de un “plano largo” de las realidades estratégicas y de las relaciones exteriores de Asia Central puede resultar de utilidad. Sin embargo, los estudios sintéticos sobre Asia Central no son precisamente abundantes, en particular en castellano. Este análisis pretende ofrecer un apretado resumen de las dimensiones estratégicas más importantes de la región (riqueza en energía, cercanía a Afganistán y corredores de transporte), así como un rápido repaso de sus relaciones externas con las grandes potencias (China, Rusia, EEUU y la UE).
La importancia estratégica de la región
Asia Central ha adquirido en los últimos años un protagonismo singular, por su carácter de región productora y exportadora de energía, por su cercanía a Afganistán (y a Pakistán) y por constituir una importante zona potencial de tránsito de mercancías entre Europa y Asia oriental y entre Rusia y Asia meridional.
Producción y exportación de energía
Las reservas probadas de petróleo ascienden a unos 30.000 millones de barriles (mb) en Kazajistán, lo que sitúa al país en la 11ª posición mundial, por detrás de Nigeria o Libia pero por delante de EEUU. Kazajistán tiene reservas de petróleo equivalentes a la mitad de las de Rusia y a la tercera parte de las de Venezuela, aunque, naturalmente, está muy alejado de Irán, que tiene 136.000 mb de reservas. En cuanto al gas natural, destacan Turkmenistán, con 265 billones de pies cúbicos (bpc) de reservas, Kazajistán, con 85 bpc, y Uzbekistán, con 65 bpc. La suma de las reservas de gas natural de esos tres países (415 bpc) supone el 6,3% de las reservas mundiales y supera, con creces, a las de Arabia Saudí, aunque está a mucha distancia de las de Rusia (1.680 bpc) e Irán (1.045 bpc).
Las previsiones para los próximos decenios de la Energy Information Administration, de EEUU, sugieren que el peso de Asia Central en la producción mundial de petróleo, del 3,4% en 2010, pasará al 4,3% en 2020 y 2030. Por el contrario, su peso relativo en la producción mundial de gas natural se reducirá ligeramente, del 6,6% en 2010 al 6,5% en 2020 y al 6,0% en 2030.
Explicación: