porque Argentina fue el caso más exitoso del reformismo neoliberal en América latina
Respuestas a la pregunta
Respuesta: La interpretación más extendida sobre el neoliberalismo que subyace a las investigaciones sobre la emergencia, consolidación y debilitamiento de actores políticos neoliberales en la Argentina, lo resume en un conjunto de políticas económicas a nivel del Estado nacional. Ello es parte de una lectura más general, utilizada en diversos estudios surgidos dentro de las ciencias sociales europea y estadounidense desde la década de 1970, que lo define como un conjunto de reformas en países centrales y periféricos, que apuntaban a reducir la presencia directa del Estado en los procesos económicos, liberando las economías nacionales al libre juego del mercado mundial, a partir de una lectura de ciertos problemas considerados típicos de una economía: la estabilidad de los precios, en un lugar preponderante, y en menor medida, el empleo y el ahorro.1 Esto implicaba un cambio en la composición del aparato estatal mediante una contracción del gasto público, la venta de activos estatales al sector privado y la descentralización de la estructura administrativa hacia unidades más pequeñas.
El principal fundamento de esa interpretación residió en un conjunto de teorías económicas desarrolladas a mediados del siglo XX por intelectuales de la Escuela de Viena, el ordoliberalismo alemán y el neoliberalismo norteamericano. Estos retomaron elementos del liberalismo clásico para desarrollar una fuerte crítica a las economías centralizadas, desde aquellas bajo la égida del “socialismo real” hasta las experiencias bienestaristas de posguerra. Estos ataques se enfocaban en la necesidad de estabilidad monetaria, por lo que la inflación se convertía en uno de los principales obstáculos a superar. La contrapartida al exceso de intervencionismo estatal era la generación de una estructura de incentivos para aumentar la productividad de los agentes económicos, a través de la reducción de impuestos sobre las ganancias más altas, y la flexibilización laboral que permitiese una mayor tasa de rentabilidad a los empresarios, así como asegurar la mayor eficiencia en el proceso productivo. De este modo, el mercado era promovido artificialmente para hacer funcionar una dinámica competitiva que redundara en una distribución de recursos estable.
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