porque apesar de ser fundamental los materiales para el progreso de la humanidad su importancia suele ser inadvertida
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
esulta tópico aludir a la influencia de Kant (1724-1804) sobre
las categorías que constituyen el núcleo básico y el fundamento
último de la modernidad: universalidad e igualdad, individualidad y autonomía, todo ello bajo la perspectiva de la razón emancipadora que permite al hombre salir de la tutela de la que él mismo es
responsable. La filosofía kantiana viene bautizada, así, como la filosofía “moderna” por antonomasia, puesto que asume y profundiza
el nuevo punto de vista planteado por el siglo de las luces, pero con
una singular originalidad: incorpora este nuevo modelo de racionalidad al análisis de las cuestiones esenciales de la metafísica1
. Frente
a un liberalismo emergente que muestra gran hostilidad respecto de
los valores religiosos, políticos y filosóficos del pasado, Kant no sólo
no desecha el problema de Dios, del alma, de la inmortalidad, de la
libertad y, en particular, de la moralidad; sino que los aborda de una
forma nueva y con una razón nueva2
.
La razón kantiana, en efecto, no es una “razón cualquiera”, no
es la razón de las ideas innatas de Descartes, ni mucho menos una
razón al servicio de la simple y burda experiencia, ni tampoco es una
razón teológica. Es una razón que establece su propio tribunal para
fijarse a sí misma sus propios límites. La razón kantiana es, sobre
todo, una razón escindida: por una parte es una razón ilustrada, equivalente a decir una razón crítica y pública, y por otra —tal vez especialmente— es una razón jurídica (con vocación de legislador)3
. Así
TALAVERA FERNÁNDEZ
336 ANUARIO FILOSÓFICO 44/2 (2011) 335-371
1 M. TORREVEJANO, Razón y metafísica en Kant (Narcea, Madrid, 1982) 35-39. 2 El eudemonismo y el utilitarismo británicos estaban generando el grave peligro de
que la ética se convirtiera en simple sociología. Frente a esa desintegración, Kant
da marcha atrás y emprende una interpretación original de la pureza y absolutez de
la moral. Por ello, en su Crítica de la razón práctica, o sea en su ética, lo que pretende
en realidad es construir una nueva metafísica (no sólo una teoría del conocimiento)
que dé respuestas alternativas al empirismo capitaneado por el escepticismo gnoseológico de Hume. Vid. H. LAUENER, Hume und Kant: Systematische Gegenüberstellung einiger Hauptpunkte ihrer Lehren (Francke, Bern, 1969) 116-118; J. CONILL,
Ética hermenéutica (Tecnos, Madrid, 2006) 204-214; J. MUGUERZA (ed.), Kant después de Kant, en el bicentenario de la Crítica de la razón práctica (Tecnos, Madrid, 1989). 3 M. A. ROSSI, Aproximación al pensamiento político de Kant, en La filosofía política moderna
(Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2006) 192.
R
Explicación: