porque algunas tradiciones pueden ser muy crueles menciona otros ejemplos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
no se
Explicación:
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Respuesta:
Los bebes voladores: Si hay algo que resulta especialmente estremecedor, son los ritos y prácticas (aparentemente peligrosos) que involucran a niños. En la ciudad de Solapur, India, tienen la tradición de lanzar a los recién nacidos desde una altura de quince metros a una lona que está en manos de los devotos. Los pequeños son arrojados desde el techo de un templo. Esta es una tradición muy antigua (dicen que tiene más de quinientos años) y aunque parece realmente peligrosa, sus partidarios afirman que nunca se ha producido un accidente. Pero ya se sabe… siempre hay una primera vez para todo.
El salto del cracho: Aunque no hace falta irse hasta la India para encontrar rituales bizarros con niños como pasivos protagonistas. Sin ir más lejos, aquí en España, en la localidad de Castrillo de Murcia (Burgos), se celebra desde 1621 el día del Corpus Christi con un acto que a muchos les parece espeluznante. Es el llamado «salto del Colacho», en el que un hombre, generalmente joven y ágil, disfrazado de una peculiar encarnación del diablo, salta por encima de hasta doscientos niños tumbados sobre colchones a lo largo de la cale principal. La tradición dice que de esta manera los recién nacidos quedan protegidos de sufrir a lo largo de su vida el mal de hernia. Las autoridades locales afirman que nunca ha habido en toda la historia de esta extraña fiesta, ni un solo caso de un niño herido o lesionado. Si ellos lo dicen… nosotros nos lo creemos.
La batalla de chios: Parecía que las guerras de religión eran cosa del medievo. Pero no, en la isla de Chios, en Grecia, se celebra cada año el inicio de la Semana Santa, con el enfrentamiento entre dos iglesias ortodoxas rivales. ¿Las armas? Cohetes y fuegos artificiales. Los dos templos se enfrentan así en una batalla luminosa y ensordecedora en la que más de 50.000 proyectiles vuelan entre uno y otro edificio. El vencedor es el primero que logre alcanzar la campana de la iglesia rival.