porfa pueden decirme 5 autoridades que deban respetar las leyes y la dignidad de las personas
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Hace algunos meses, respecto a los juicios orales, afirmé que la justicia no puede ser justa si no es entendida por todos, pues lo que no se conoce, no puede ser sujeto de cuestionamiento ni aplicación. En línea con esta idea, estoy convencido de que todo sistema de justicia, debe de tener como eje central, el respeto a la dignidad humana.
La justicia no puede tratarse solamente de procedimientos y castigos. Tiene que tomar en cuenta que víctimas y victimarios son PERSONAS a las que se debe de respetar y a las que no se les puede alienar de sus derechos intrínsecos.
En nuestro país, el respeto por la dignidad de las personas dista de ser una prioridad; a todos los niveles, desde la relación interpersonal, hasta el tipo de relaciones que establecen muchas de las instituciones del Estado hacia los ciudadanos.
Un ejemplo simplísimo de ello, es el sistema penitenciario, en el que las cárceles están saturadas, lo que obliga a que los prisioneros compartan una pequeña habitación con hasta otros nueve reos. Claramente, las condiciones a las que se enfrentan estas personas son deplorables y violatorias de los derechos más básicos. La indolencia de muchas autoridades recae precisamente en el desconocimiento del respeto esencial de la dignidad de la persona.
Otro ejemplo recurrente es cuando los ciudadanos acudimos al Ministerio Público para poner una denuncia; esta acción puede convertirse en una verdadera pesadilla, pues el riesgo de que se genere un agravio adicional es muy alto–a veces, incluso más frustrante y doloroso que el original- creando así una doble victimización.
Dos ejemplos de la cotidianeidad que nos hacen reflexionar sobre la necesidad de mirar y volver hacia lo esencial: la dignidad humana, creando un nuevo contexto y una nueva cultura frente al crimen.
Ahora bien, aunque los derechos humanos y los procedimientos correctos son parte importante de un enfoque centrado en la dignidad de las personas, no lo agotan. Convertir en eje central el respeto a la dignidad implica una transformación aún más radical: humanizar el trato de víctimas y victimarios, poner énfasis en escuchar a las partes antes que en el papeleo, crear mecanismos que tomen en cuenta la sensibilidad de las personas ante hechos traumáticos, dar prioridad a la atención expedita de las víctimas, informar a los victimarios de sus derechos y protegerlos de la venganza disfrazada de justicia, etcétera. Ahí tenemos una de las causas y acciones fundamentales en torno a la Reforma del Sistema de Justicia Penal del 2008.
Ahí descansa la importancia de este punto, en promover una transformación de fondo y forma de todo el sistema de justicia y de nuestra convivencia diaria. Tomar conciencia de que toda acción del derecho debe tener por sustento a la justicia y ella tiene como destinatario a la persona, es una necesidad urgente.
Es indispensable, volver a poner el acento en el ser humano; pues las leyes han sido creadas para los hombres no el hombre para las leyes; si perdemos de vista este principio fundamental, nos alejamos originalmente del propio valor de la justicia.
El día en que comencemos a mirarnos y a tratarnos como personas y no sólo como elementos de estadística o como individuos que se contabilizan en un censo; el día en que no sea tema de debate la dignidad humana, ese día cambiarán nuestras relaciones y las propias instituciones al servicio de las personas creando así, un país de libertades plenas que permitan una vida feliz y exitosa para los mexicanos.