Porfa
Las principales características políticas,económicas y sociales de los Estados Unidos entre 1870 y 1950.
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Respuesta:hola espero esto te ayude
Explicación:En dos artículos anteriores (Aparicio, 2011; y Aparicio, 2013) se abordaron los principales temas del primer curso de la asignatura Historia Económica General que se imparte en la licenciatura en economía de la Facultad de Economía de la UNAM, conforme al plan de estudios vigente (1994). En este artículo se presentan los hechos económicos más importantes sucedidos entre 1870 y 1950 con lo cual se cubre el estudio de aproximadamente la mitad de los temas que integran el segundo curso de dicha asignatura.
La economía mundial entre 1870 y 19131
Los calificativos de Gran Depresión o Depresión de los Precios y de Bella Época se dieron, respectivamente, a la crisis económica que experimentaron los países más desarrollados entre 1875 y 1890, y al posterior auge que duró hasta el inicio de la primera guerra mundial.
La depresión de los precios
Después de 1873 el comercio internacional continuó aumentando de manera importante pero lo hacía a un ritmo menos vertiginoso que antes, lo que realmente resultó preocupante era la depresión de los precios, es decir, la deflación que redujo la rentabilidad de las empresas2. Entre los factores que explican la deflación el principal es la escasez relativa de oro; y entre las medidas que tomaron los países desarrollados para hacerle frente, las más representativas fueron la sustitución del patrón oro por un patrón bimetálico,3 la implementación de tarifas proteccionistas y, por supuesto, la actividad imperialista.
Se llamó imperialismo al periodo histórico entre 1875 y 1914 porque fue cuando, en la historia moderna, hubo mayor número de gobernantes que se autotitulaban oficialmente “emperadores”, siendo el Reino Unido el principal protagonista, pues su supremacía económica siempre estuvo ligada a su acceso a los mercados y materias primas de sus colonias de ultramar, a finales del siglo xix, una cuarta parte de la superficie del planeta se hallaba bajo la influencia oficial de la monarquía británica. Si incluimos su imperio informal (estados independientes), entonces una tercera parte del mundo era británico en un sentido económico.4
En su dimensión económica, el imperialismo actuó como un motor de la economía internacional que sirvió para escapar a las tendencias proteccionistas heredadas de la época de la “gran depresión de los precios”. En 1987, el Primer Ministro británico decía al embajador de Francia en Londres:
“Si no fueran tan tenazmente proteccionistas... no nos encontrarían tan deseosos de anexionarnos territorios”5
Además, la presión del capital para conseguir inversiones más productivas, así como el deseo de colocar la producción excedente en nuevos mercados contribuyeron a impulsar la política de expansión, que incluía la conquista colonial.
La “Bella Época”
Una vez superada la depresión de los precios, las economías más desarrolladas experimentaron entre 1890 y 1914 una etapa de gran auge debido, entre otros factores, al descubrimiento de enormes depósitos de oro en Sud-áfrica, a la concentración de capital, a la gestión científica de la producción y de la organización empresarial, a una segunda revolución tecnológica,6 y sobre todo al surgimiento del mercado de masas. El desarrollo de una gran mercado masivo de consumidores se debió al crecimiento de la población urbana de clase media -la tasa de crecimiento de la población europea pasó de 7% en 1850 a 13% entre 1900-1913-, el surgimiento de la venta a plazos de productos manufacturados de alto precio, y al surgimiento de nuevas industrias -como el cine que se desarrollaron espectacularmente entre 1895 y 1915. Debido a que 80% del mercado internacional era dominado por los consumidores de Europa y Estados Unidos, el comercio mundial tuvo un incremento notable en este periodo.7
También algunas economías en desarrollo, especialmente Argentina, lograron notables éxitos económicos, aunque su incipiente desarrollo económico estuvo ligado a aquellos sectores dedicados a la exportación de alimentos y de materias primas; y no debe olvidarse la importancia que tuvo para el auge de las economías más desarrolladas las importaciones de bienes manufacturados y de bienes de capital que hacían las naciones latinoamericanas.8
Así pues, previo al inicio de la primera guerra mundial la economía internacional había cambiado notablemente: el Reino Unido dejó de ser el único país totalmente industrializado; en 1913 Estados Unidos aportaban el 46% de la producción industrial y minera mundial, Alemania 23.5%, Reino Unido 19.5% y Francia 11%; en 1860 el 50% de las exportaciones de África, Asia y América tenían como destino el Reino Unido, pero para 1900 ya sólo era el 25 por ciento.9