PORFA ES PARA HOY...
1_¿cuáles eran las distintas ocupaciones que tenían los inmigrantes en el ambiente rural de nuestro país? ¿en las ciudades?
2_¿cuáles eran los lugares de asentamientos de los inmigrantes en las grandes ciudades?¿cómo vivían en esos lugares?
3_¿A que se llamo "asociaciones de inmigrantes"?¿cómo vivían en esos lugares?
4_¿Que otras instituciones se formaron? Nombra algunas
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La inmigración ha sido una característica permanente de las ciudades desde el comienzo de la historia. La inmigración es consustancial a la ciudad y ha significado una aportación de gran valor, factor de crecimiento económico y de innovación. Y lo sigue siendo hoy a pesar de que los cambios en las sociedades desarrolladas exigen en la actualidad una menor demanda de mano de obra y, por consiguiente, un menor número de inmigrantes para el mercado de trabajo. En esta exposición hablaré sucesivamente de: 1) los inmigrantes en la ciudad; 2) los efecto positivos de la inmigración para las ciudades; 3) la segregación y el conflicto social; 4) migración y cualificación en la crisis del Estado del Bienestar; y 5) las relaciones entre inmigración y el mercado de trabajo, así como los problemas de localización en la ciudad. La exposición se cierra con unas reflexiones finales(1).
I. LOS INMIGRANTES EN LA CIUDAD
De una manera general, puede afirmarse que el crecimiento urbano se ha producido por la inmigración y sólo en parte ha sido generado internamente por el incremento natural de su población. Es cierto que en algunas ocasiones la llegada de los inmigrantes y, en la época contemporánea, la disminución de la mortalidad ha mejorado el crecimiento vegetativo urbano. Pero son los inmigrantes quienes han seguido asegurando, en lo fundamental, la expansión de las ciudades.
Desde hace tres siglos -es decir desde el famoso estudio de John Graunt, en 1667, y desde los análisis de los economistas y aritméticos políticos europeos del XVII y XVIII- se sabe que las ciudades tenían un exceso crónico de muertes en relación con el número de nacimientos, así como cifras más bajas de natalidad que las áreas rurales. Es decir que la población urbana no podía reemplazarse por el crecimiento natural. En buena parte, eso era debido a las terribles epidemias que se abatían sobre las ciudades y elevaban brúscamente su mortalidad. Desde el siglo XVIII se sabe también que eso era debido a la insalubridad de las ciudades, motivada por las fuertes cifras de densidad y -podemos añadir hoy- por la facilidad del contagio en esas concentraciones humanas.