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1° Don Teófanes escribía en el tablero de espaldas a sus alumnos, con una letra redonda y dinámica, como si tuviera vida. A las tes, más que palitos, parecía que les colocará alas; y a las emes y enes pies.Entretanto, César, que era de naturalezatravieso y alborotado, el más picapleitos de la clase extrajo un pañuelo, que debió de ser blanco alguna vez y que ahora se veía más bien pardusco, y se lo llevó a la nariz, a la vez que se introducía el dedo índice en la boca, como si lo mordiera, ocultopor el pañuelo. Hizo un pícaro guiño a sus compañeros y sopló sobre su mano con todas sus fuerzas, con lo que logró un ruido potente y ronco, igual que si fuera un elefante el que sonará la nariz. Los niños rompieron a reír y don Teófanes se dio la vueltay miró con extrañeza a César, que se excusó:-Es que estoy resfriado...-Yo también -aseguró el maestro -, sigue sonándote.Y el maestro Ciruela sacó un pañuelo e hizo lo mismo que César, sólo que con mayor potencia...El ruido de ambos parecía un concierto de trombones, por lo que, poco a poco, fueron modulando sus sonidos y terminaron por interpretar un conocido rock-and roll.El resto de la clase se animó y, una vez fuera los pañuelos, se unió al concierto...
puntos a resolver
1°Menciona los recursos literarios utilizados por el autor en el fragmento y escribe un ejemplo para cada recurso.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Don Teófanes escribía en el tablero de espaldas a sus alumnos, con una letra redonda y dinámica, como si tuviera vida. A las tes, más que palitos parecía que les colocara alas; y a las emes y enes, pies.
Entretanto, César, que era de natural travieso y alborotador, el más picapleitos de la clase, extrajo un pañuelo, que debió de ser blanco alguna vez y que ahora se veía más bien parduzco, y se lo llevó a la nariz, a la vez que se introducía el dedo índice en la boca, como si lo mordiera, oculto por el pañuelo. Hizo un pícaro guiño a sus compañeros y sopló sobre su mano con todas sus fuerzas, con lo que logró un ruido potente y ronco, igual que si fuera un elefante el que se sonara la nariz. Los niños rompieron a reír y don Teófanes se dio la vuelta y miró con extrañeza a César, que se excusó:
—Es que estoy resfriado.. .
—Yo también —aseguró el maestro—, sigue sonándote.
Y el maestro Ciruela sacó un pañuelo e hizo lo mismo que César, sólo que con mayor potencia... El ruido de ambos parecía un concierto de trombones, por lo que, poco a poco, fueron modulando sus sonidos y terminaron por interpretar un conocido rock-ánd-roll. El resto de la clase se animó y, una vez fuera los pañuelos, se unió al concierto.
Explicación: