Matemáticas, pregunta formulada por jesustdijjpro, hace 23 días

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Actividad:
​En tu cuaderno, hojas blancas o de color registra tu reflexión

Un hombre, sintiéndose abatido por sus pro- blemas y tribulaciones, las cuales creía mucho más grandes que sus propias capacidades, decidió, mostrando una gran falta de fe, dirigirse esa misma mañana a uno de los edificios más altos que se encontraban en el centro de su ciudad para saltar del de techo y, con ello, conseguir quitarse la vida.
Coincidentemente, en una ciudad cercana, un joven adolescente salía de su escuela sensible- mente emocionado después de haber escuchado una charla en donde la profesora habló de la importancia de la sonrisa. Caminando por las calles que lo dirigían a la casa de una buena amiga, pasaba una y otra vez las bondades de la sonrisa por el corazón. Así que entonces le fue muy sencillo dibujar e iluminar su rostro con una enorme, franca y limpia sonrisa.
Al caminar algunas personas lo juzgaban de loco. Sin embargo, una anciana que esperaba el servicio de un carro de alquiler lo observó tan detenidamente que mágicamente se contagió de esa luz que observó en el rostro del chico.
Así que casi sin darse cuenta al abordar el taxi portaba ya una gran sonrisa. Se sentó en la parte trasera del auto y escuchó pacientemente al conductor, quien, mientras se quejaba amargamente del tráfico, del gobierno y de mil y una cosas más, lo observaba por el retrovisor. Al poco tiempo él mismo comenzó a tener una sensación de bienestar y entonces no resistió las ganas de mantenerse sonriendo.

Con una luz en su rostro el chofer llegó al lugar solicitado por la anciana, y sintiéndose de tan excelente ánimo decidió bajar para comprar un re- galo a su esposa. Al andar en la calle con un gran acento de alegría rozó con una de sus manos a aquel hombre que quería suicidarse, quien rápidamente se preguntó: “¿Quién se cree ese tipo? ¿Por qué me molesta? ¿Qué se cree con esa gran sonrisa?”.
Tratando de seguir su objetivo, finalmente entró en el edificio, subió al elevador y, levantando lentamente la mirada, pudo ver reflejado su rostro en un enorme espejo que estaba en el elevador. Mientras ascendía, sintió cómo una luz interior calentaba su cuerpo y casi como magia comenzó también a sonreír. En ese momento su voz interna le preguntaba: “¿Por qué lo estás haciendo? ¿De verdad nada se puede remediar?”. Y entonces recordó la sonrisa de aquel hombre con quien se había topado.
Fue entonces cuando recapacitó sobre la decisión inicial y afirmó: “¡Si hay alguien que aún sonríe, es señal inequívoca de que todavía puedo cambiar mi vida!”.
Este hombre, que inicialmente quería terminar con su vida, hoy en día tiene un programa de televisión y mediante la combinación de sus palabras, pensamientos y sonrisas ayuda a mucha gente. Siempre al finalizar la transmisión termina diciendo: “Sonría, ya que usted no sabe el desorden de emociones positivas que provoca sonreírle a alguien”.
ELIZABETH CUENCA RENDÓ

Respuestas a la pregunta

Contestado por cauichsolange
1

Respuesta:

bien esta bien eso

hola que hacen lo siento adios

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