¿Por qué una mayor inteligencia emocional produce mejores habilidades sociales?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La inteligencia emocional tiene muchos beneficios. Si se trabaja y se entiende, permite desarrollar mejor empatía con el resto de personas y seres vivos, nos ayuda a adaptarnos mejor a todo tipo de situaciones y, en general, nos permite conocernos mejor a todos los niveles.
De hecho, nuevos estudios demuestran que incluso es útil para saber si una persona tendrá éxito en su carrera profesional. ¿Es posible algo así? Parecer ser que sí, precisamente por lo que ya hemos comentado, porque estos profesionales aprenden a identificar y gestionar mejor sus emociones, lo que les facilita labores como otorgarle un mayor grado de empleabilidad, obtener un mejor sueldo o sencillamente ser ascendidos.
Recordemos, además, que una correcta inteligencia emocional, es muy útil en muchos sentidos de nuestra vida. Nos puede proporcionar plenitud y, cuanto más plenos nos sintamos, mejor afrontaremos cualquier reto, como un empleo, un proyecto complejo, etc.
Respuesta:
Hasta hace poco tiempo el concepto de inteligencia, se entendía como coeficiente
intelectual, es decir, como aquello que miden los test de inteligencia. Lo que medía los
test eran las capacidades propias del rendimiento académico. Sin embargo en nuestro
siglo se produjo un descrédito de los citados test, viéndose que en las pruebas realizadas
por Bidet estaba influido por factores culturales.
Una crítica muy general que se les ha hecho a los test es que no son ni lo
suficientemente válidos ni lo suficientemente fiables como para justificar su uso. Los
detractores más radicales sostienen que, aun en el mejor de los casos, los test que
realmente evalúan lo que pretenden lo hacen de una forma bastante pobre y, por tanto, no
resulta adecuada su utilización en procesos de selección, orientación o distribución de
recursos. Se cuestiona a los test por medir, en ocasiones, habilidades muy específicas, de
alcance muy limitado como para ser útiles para hacer predicciones significativas y a largo
plazo. Es incuestionable, además, que los test de inteligencia no miden muchas cosas
que son importantes en la actuación posterior del sujeto en el puesto laboral o educativo,
lo que limita parcialmente su capacidad predictiva.
Junto a estas críticas de carácter general, también se han cuestionado aspectos más
puntuales de los test, como el contenido y formato de sus ítems, las normas utilizadas
para la interpretación de sus puntuaciones y la interpretación misma de las puntuaciones
de los test.
En ocasiones, los test han tenido efectos secundarios en el proceso de enseñanzaaprendizaje de los escolares. En efecto, muchos profesores, ante las presiones sufridas
dado el carácter obligatorio de la evaluación se han limitado a enseñar las habilidades que
posteriormente iban a ser evaluadas. De este modo, los estudiantes dedicaban gran parte
de su tiempo a aprender cosas solo porque éstas van a ser posteriormente preguntadas
en los test utilizados en la evaluación y no porque tengan un valor intrínseco como
objetivos educativos.
Por consiguiente, el uso masivo de los test en el ámbito educativo ha tenido de algún
modo un efecto perverso en el sistema educativo ya que, en ocasiones, el currículo se ha
ido reorientando hacia los contenidos y habilidades evaluadas por los test estandarizados,
en lugar de ajustarse éstos a los objetivos curriculares definidos para los distintos cursos y
ciclos educativos.
Explicación:
espero que te ayude