por que todas las células de tu cuerpo también tienen un ancestro común?
Respuestas a la pregunta
Respuesta: El ancestro de todos los seres vivos fue una bacteria con menos de 600 genes
La nueva ciencia de la genómica comparada acerca su lupa al origen de la vida
JAVIER SAMPEDRO
Madrid - 11 MAR 2003 - 00:13 COT
La nueva ciencia de la genómica no ha averiguado aún qué somos, ni mucho menos adónde vamos, pero está muy cerca de descubrir de dónde venimos. Un grupo de evolucionistas moleculares de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, en Bethesda, Estados Unidos) acaba de concluir que LUCA, el organismo primitivo del que provienen todos los seres vivos actuales -sean microbios, gladiolos o seres humanos- era una bacteria de vida autónoma con 572 genes. Las personas tenemos 30.000 genes, que en su mayoría deben provenir de aquellos 572.
LUCA son las iniciales inglesas de last universal common ancestor, el último ancestro común de todos los seres vivos de este planeta. Nadie lo ha visto por ahí, pero su naturaleza puede deducirse extrayendo el mínimo común múltiplo de los genomas de sus descendientes, los seres vivos actuales, y muy en particular de las bacterias contemporáneas.
"La biología será pronto una disciplina teórica, y su reto será reconstruir el pasado", dijo en 1999 Sydney Brenner, que tres años después recibiría el Premio Nobel. Hasta ahora, la reconstrucción del pasado se basaba en las erratas genéticas. Un gen es una ristra de unos cuantos miles de bases (las letras del ADN), y cuando se copia entre una generación y la siguiente ocurren erratas. Si se compara el mismo gen entre dos especies muy alejadas (gusanos y ratones, por ejemplo), habrá muchas erratas. Si las dos especies están muy emparentadas (ratones y humanos, por ejemplo), habrá muchas menos.
En los últimos tiempos, sin embargo, ha quedado patente que esta técnica funciona muy mal en las bacterias. De las comparaciones de un gen se deduce un tipo de pasado, y de las de otro gen se infiere otra historia distinta. La razón es que, desde los albores de la vida en la Tierra, hace unos 3.500 millones de años, las bacterias no han parado de intercambiarse genes entre unas y otras (transmisión horizontal), emborronando así la genealogía del planeta.
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