¿Por que tito se enfadaba cada vez que perdia jugando a algo?
¿Que ocurría cuando el se enfadaba?
¿Crees que tenía razon en enfadarse?
¿Como crees que se sentian sus amigos?
¿Por que crees que sus amigos dejaron de jugar con el?
¿De que se dio cuenta tito?
¿Por que ya no le importaba perder?
¿Que hicieron los demas niños y niñas?
Piensan en una ocacion en la que hayas perdido y te hayas enfadado
1¿Qué ocurrio?
2¿Como te sentías?
3¿Qué hiciste?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Esta es la historia de Tito el niño que no sabía perder. Tito era un
niño muy activo, a Tito le encantaba jugar con otros niños y niñas y
practicar deportes, así como todo tipo de competiciones. Pero lo que
más le gustaba a Tito era ganar, no importaba el juego, él solo quería
ganar. Ya podía jugar al parchís o a la oca, jugar una partida de cartas
o un partido de futbol, no importaba el juego, Tito siempre tenía que
ganar.
Pero, como es lógico, Tito no podía ganar siempre, aunque ganaba
muchas veces, a veces ganaban otras personas. Y cuando Tito no
ganaba, Tito se enfadaba mucho, tanto se enfada que empezaba a
protestar, culpaba a los demás de haberle hecho trampas y se iba de
donde estaban jugando.
Al poco tiempo, todos conocían los enfados de Tito cada vez que
perdía, o más bien cada vez que no ganaba. Los demás niños y niñas
jugaban para divertirse y no les gustaba que Tito se enfadara
siempre, así que poco a poco dejaron de jugar con él. Nadie quería
jugar con Tito, ni al parchís, ni a la oca, ni una partida de cartas, ni
tampoco un partido de futbol. Cuando Tito se acercaba recogían sus
juegos y se iban.
Así fue como Tito comenzó a aburrirse y un día se dio cuenta de que
no jugar a nada era aburrido, de que prefería perder, pero compartir
ese tiempo con sus amigos y amigas a estar solo y sin nadie con quien
jugar. Fue así como Tito se dio cuenta de que lo importante del juego
no es ganar, ni tampoco perder. Tito se dio cuenta de que lo bueno
del juego es divertirse todos juntos.
Salió corriendo en busca de sus amigos y amigas y cuando por fin los
encontró les pidió disculpas por todas aquellas veces que había
reaccionado enfundándose cada vez que no ganaba. Les explicó todo
aquello de lo que se había dado cuenta y les pidió que le dejasen
jugar con ellos y ellas, después de prometerles que no volvería a
enfadarse si perdía o ganaba, porque ahora sabía que lo más
importante era jugar