¿Por qué surgió en Chile una república socialista y
qué marcó su efímera existencia?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
A diferencia del proceso de socialdemocratización característico de la izquierda europea, el proceso de leninización del socialismo chileno condujo
a este último a un progresivo cuestionamiento de las instituciones de la
democracia representativa. A decir verdad, desde sus inicios el Partido Socialista de Chile (PSCH) mantuvo una marcada ambigüedad en tomo a la
democracia política; ello, a pesar de que su práctica política se ubicó de
lleno en el funcionamiento de las instituciones democráticas. A partir de la
década de 1960 dicha ambigüedad se transformó en una actitud de franca y
creciente oposición a la democracia “formal” o “burguesa”.
Fue en ese contexto. y en marcada oposición a la evolución más reciente
del PSCH, que emergió la Vía Chilena al Socialismo -que hemos preferido
denominar Vía Allendista, a fin de enfatizar el sello original y propio que
le imprimiera su máximo exponente, Salvador Allende. Se trataba en este
caso de un “segundo modelo” hacia el socialismo. distinto de aquél que
conducía a la dictadura del proletariado; un intento. como el propio Allende
lo definiera, de construir un socialismo aen “democracia. pluralismo y libertad”.
Nuestra hipótesis central es que el fracaso de la Vía Chilena al Socialismo
debe explicarse principalmente por la ausencia al interior de la izquierda, y
muy en especial en el propio Partido Socialista, de un socialismo democrático
claramente definido y articulado, que fuese consistente con el proyecto allendista. El PSCH, que en sus orígenes había vivido una etapa marcadamente
populista. caracterizada por una visión más bien instrumental de la democracia, había evolucionado hacia una postura declaradamente leninista, de
franca y creciente oposición a las instituciones de la democracia representativa.
De alguna manera podría decirse que a lo largo de la historia del PSCH
existió sólo marginalmente una concepción socialista democrática de mayor
consistencia. Tal vez el caso más digno de destacar en este sentido sea el
de Eugenio González, una de las figuras de mayor estatura intelectual al
interior del partido. El otro caso, por cierto, más evidente en el plano intuitivo
y de la práctica política que en el de la sofisticación intelectual (y pese a
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múltiples tensiones y contradicciones) fue el del propio Salvador Allende.
Pero, mientras las tesis del primero no prosperaron, relegadas al olvido en
el desarrollo posterior del partido, las posiciones de Allende permanecieron
como minoritarias al interior de su propia colectividad.
Es al estudio de este proceso que dedicaremos las próximas líneas, explorando las posibilidades y tensiones en tomo a la viabilidad de un proyecto
socialista democrático al interior de un partido rico en contradicciones internas
que desempeñó un rol central en la política chilena.
El Impulso Populista