¿por que sera importante tener normas para el cuidado de nuestra salud?
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Respuesta:
Chavín de Huántar es un sitio arqueológico (o monumento arqueológico) ubicado en el distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari, de partamento de Áncash, en el Perú. Declarado como Patrimonio de la Humanidad en 1985.
Se ubica a 462 km al noroeste de Lima y a 86 km de Huaraz, a una elevación de 3177 m s. n. m., en la Sierra Oriental de Áncash al este de la Cordillera Blanca. El complejo se ubica en la confluencia de los ríos Huacheksa y Mosna, en la cuenca alta del río Marañón, que fue un punto de paso preinca desde la costa hacia la selva, lo que propició su crecimiento e importancia en la recolección de insumos y tránsito de bienes.1
Fue el centro administrativo y religioso de la cultura chavín, construido y ocupado aproximadamente entre los años 1500 y 300 a. C. (Formativo Andino). Sus estructuras, de forma de pirámide trunca, están construidas a base de piedra y argamasa de barro.
a estructura más imponente es la conocida como “El Castillo”, llamado también “Templo Mayor” o “Templo Nuevo”. Es una muestra sobresaliente del arte de construir de los antiguos peruanos por el alto grado de perfección alcanzado en materia de ingeniería, en el tallado y pulido de las piedras y en la litoescultura asociada a su arquitectura. A pesar de no ser el sitio arqueológico más antiguo, ni el más grande, ni el más vistoso del Perú antiguo, a Chavín de Huántar se le considera como el más importante centro de peregrinación del mundo andino
El 17 de enero de 1945, un aluvión originado por el desborde de la laguna Rúrec cubrió y dañó las estructuras del santuario, produciéndose acumulaciones de hasta cuatro metros en algunos sectores. Por ello, Jorge C. Muelle comisionó a Marino Gonzales para que retirara del sitio los estratos aluviales (1955). Esta obra se prolongó hasta 1965, y puso al descubierto zonas hasta entonces desconocidas, como por ejemplo, la portada del Castillo, bautizada como la “portada de las Falcónidas”.
Los antiguos chavinos representaron a sus dioses en grandes monolitos. Los más conocidos son el lanzón monolítico, la Estela Raimondi y el Obelisco Tello.9 Cada uno de ellos es un menhir, que en la cultura andina tiene trascendencia espiritual y sirve para el control social político de la población, amenazada por elementos de la naturaleza y escasez de alimentos. En quechua significa piedra de poder y tienen un carácter eminentemente sagrado.
Las cabezas clavas son monolitos escultóricos que representan a cabezas de seres míticos, pertenecientes a la cultura Chavín , una cultura arqueológica preincaica del Perú antiguo. Se hallaban empotradas en fila horizontal y en forma equidistante en los muros del Templo de Chavín de Huántar.
Actualmente, solo una se mantiene en su lugar original. Se denominan clavas pues cada cabeza escultórica tiene una espiga o estructura alargada en su parte posterior, la misma que servía para fijarla en las concavidades de las paredes, a manera de clavos. Son de diferentes formas y dimensiones. Aproximadamente la mitad de ellas presentan rasgos antropomorfos (humanos) mientras que la otra mitad zoomorfos (felinos y aves de rapiña).1
Por lo general expresan rostros con ojos circulares y muy abiertos, y la boca felinomórfica (de felino); esto último se comprueba por la presencia de colmillos. Frecuentemente a todos estos se suma un pico de ave, que se reconoce fácilmente cuando la boca es vista de costado. Algunas tienen los labios abultados y las fosas nasales abiertas.
Algunas tienen decoraciones de serpientes, a manera de cabello, así como protuberancias encima de la cabeza, que simulan crestas.
Todas presentan una estructura alargada en su parte posterior, la misma que servía para insertarla como un clavo en los muros destinados a su exposición (de allí deriva su nombre de clavas).
Estaban emplazadas en lo alto de las paredes sur, este y oeste del Templo de Chavín, en fila horizontal y colocadas en forma equidistante, bajo cornisas de piedra grabadas en bajorrelieve. Solo una de ellas permanece todavía en su sitio original.
Sobre su función, algunos investigadores afirman que hacían el papel de fieros guardianes de los templos, o posiblemente servían para ahuyentar a los malos espíritus.
Según Tello, un investigador representan cabezas trofeos de sus enemigos, costumbre muy arraigada en las zonas selváticas, lo que encajaba en su tesis del origen selvático de la cultura chavín.
otros dicen de ellas sostuvo que podrían ser retratos de los sacerdotes chavines, representados en el marco de rituales religiosos en donde se usaban sustancias alucinógenas (como el cactus de San Pedro). Los efectos de esta droga estarían retratados alegóricamente en los rostros de cada cabeza clava, a manera de secuencia.
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