Por qué se dice que Miguel de Cervantes Saavedra inventó un idioma?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Se llamaba José Manuel Guerrero, pero lo llamaban “El Papa” porque él mismo se proclamaba infalible. “No me equivoco nunca”, solía decir, chasqueando la lengua. Era un hombrecito mofletudo que vestía de blanco hasta los pies. Dondequiera que iba lo seguía un rastro fragante de agua de Colonia francesa. Su familia lo había mandado a estudiar medicina en Madrid y regresó a Cartagena de Indias convertido en torero. La vejez lo volvió sabio.
Fue mi profesor de literatura hace una vida entera. Yo tenía por entonces once o doce años y estudiaba en el internado del Colegio de la Esperanza. Me castigaban por travieso todos los fines de semana. No salía nunca a la calle. Encerrado entre aquellas paredes carcelarias, la biblioteca se convirtió en el único refugio a mi alcance. De modo que no fue vocación alguna, sino el tedio, lo que me acercó a los libros.
En una tarde sofocante de sábado, “El Papa” me encontró leyendo una de las novelas horribles de Hugo Wast, el escritor argentino, e hizo un mohín de disgusto. Me tomó de la mano, como si fuera mi lazarillo, y me llevó al fondo del salón. Zumbaba un abanico eléctrico. Abrió con una llave de las vitrinas, la que tenía el rótulo de Clásicos, y me extendió un mamotreto apolillado de pastas antiguas.