¿Por que se dice que la sociedad china era patriarcal y jerarquizada ?
Respuestas a la pregunta
Hablar de la Antigua China es hablar de miles de años. China es una de las civilizaciones más antiguas del mundo y cuenta con una Historia tan rica que ha hecho que su cultura sea infinitamente compleja. Dividida en dinastías, poco ha cambiado su forma de ver la vida esta civilización milenaria cuya sociedad giraba en torno a la familia y a la veneración de sus ancestros, a los que elevaban a la categoría de presencias espirituales
La familia china tradicional –llamada Jia- era considerada la estructura social por excelencia. La vida familiar y la organización social resultaban inseparables. Era, en la familia, donde encontraba su fundamento el Estado.
Pero para comprender la naturaleza del modelo tradicional de familia china y su implicación social, hay que tener en cuenta los valores tradicionales que la estructuraron. Estos valores se basaban en los principios, ideas y preceptos morales de Confucio (551-479 a. C.), que rigieron la sociedad china durante milenios.
Para el Confucionismo, la familia era la institución social encargada de garantizar la estabilidad, la armonía y el sistema social. Así, en su escala de valores se otorgaba gran importancia a la formación de familias numerosas, con los abuelos, los padres, los hijos y los nietos. Este tipo de familias, en las que convivían tres, cuatro y hasta cinco generaciones era la normal y la ideal, llegando a considerarse vergonzoso dividirlas. Cada gran familia estaba regida por una organización patriarcal muy rigurosa, basada en un estricto sistema de jerarquía. Dentro del cual se establecían los deberes, obligaciones y derechos en función del género, la edad y la generación, cimentados, todos ellos, en el respeto a la autoridad paterna
La posición de las mujeres en la sociedad imperial china ha estado determinada por su posición en el interior de la familia. El confucianismo ha sido el sistema de legitimación social de las relaciones familiares. La aplicación social de este pensamiento ha tenido consecuencias diferentes para las mujeres en la sociedad a lo largo de la historia imperial de China, la sociedad confuciana es una sociedad jerarquizada. La obediencia debida a los mayores en edad y en posición garantiza la armonía social. La obediencia, articulada en torno a la piedad filial –xiao 孝-, es una característica básica del comportamiento humano del ethos confuciano, junto a la humanidad –ren 仁- y las reglas de corrección.
Hablar de la Antigua China es hablar de miles de años. China es una de las civilizaciones más antiguas del mundo y cuenta con una Historia tan rica que ha hecho que su cultura sea infinitamente compleja. Dividida en dinastías, poco ha cambiado su forma de ver la vida esta civilización milenaria cuya sociedad giraba en torno a la familia y a la veneración de sus ancestros, a los que elevaban a la categoría de presencias espirituales
La familia china tradicional –llamada Jia- era considerada la estructura social por excelencia. La vida familiar y la organización social resultaban inseparables. Era, en la familia, donde encontraba su fundamento el Estado.
Pero para comprender la naturaleza del modelo tradicional de familia china y su implicación social, hay que tener en cuenta los valores tradicionales que la estructuraron. Estos valores se basaban en los principios, ideas y preceptos morales de Confucio (551-479 a. C.), que rigieron la sociedad china durante milenios.
Para el Confucionismo, la familia era la institución social encargada de garantizar la estabilidad, la armonía y el sistema social. Así, en su escala de valores se otorgaba gran importancia a la formación de familias numerosas, con los abuelos, los padres, los hijos y los nietos. Este tipo de familias, en las que convivían tres, cuatro y hasta cinco generaciones era la normal y la ideal, llegando a considerarse vergonzoso dividirlas. Cada gran familia estaba regida por una organización patriarcal muy rigurosa, basada en un estricto sistema de jerarquía. Dentro del cual se establecían los deberes, obligaciones y derechos en función del género, la edad y la generación, cimentados, todos ellos, en el respeto a la autoridad paterna.