Historia, pregunta formulada por bretonivan1, hace 1 año

¿Por qué se dice que el humanismo abre las mentes hacia el pensamiento científico?

Respuestas a la pregunta

Contestado por Anibel12
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Respuesta:

Es cierto que hoy la ciencia se ha formalizado con un elevadísimo grado de especialización. Y eso se nota. Disfrutamos de una gran comunidad de especialistas de múltiples sectores de distintas disciplinas científicas, pero resulta extrañísimo poder contar con personas que puedan ofrecer una visión científica global de la realidad. Nunca han coexistido tantos científicos como en la actualidad. La especialización ha permitido una inflación en el conocimiento científico que se hace muy difícil de conocer o incluso de seguir la pista siquiera. En cambio, el problema principal de este modo de hacer y de entender la ciencia es que se abre cada vez más el abismo entre especialistas y personas ajenas a los tecnicismos científicos. Es decir, la sociedad en general se ve apartada de lo que la ciencia está descubriendo acerca de la realidad.

Nuestra sociedad disfruta actualmente de los dispositivos tecnológicos diseñados a partir del conocimiento de las leyes científicas que regulan sus funcionamientos. Hacemos funcionar el DVD sin conocimientos de física cuántica, manejamos el GPS sin idea alguna de la teoría de la relatividad, realizamos pruebas de embarazo en casa sin comprender las hormonas implicadas en el control biológico. Nos acercamos al hospital y confiamos en las pruebas diagnósticas sin haber oído hablar de las técnicas de neuroimagen. No digamos ya cómo confiamos a ciegas en lo científico cuando nos prescribimos medicamentos porque confiamos sirvan de remedio a nuestros males sin conocer ni un mínimo cuáles son sus principios activos.

En ocasiones se oyen quejas por el desconocimiento generalizado de esas leyes o principios que hacen valer lo científico. Pero no es responsable pensar que todos debamos saber de todo. Y así volvemos a la autonomía de las disciplinas, a la fe ciega en lo científico y al acomodo de definirnos como personas de letras o de tal ciencia.

En ocasiones se han realizado esfuerzos por fomentar el desarrollo de una cultura científica actualizada para los ciudadanos del siglo XXI. Entre estas iniciativas contamos con libros de divulgación, artículos pedagógicos en revistas de tendencias científicas e, incluso, asignaturas de cultura científica para los alumnos de secundaria. La mayoría de estas divulgaciones pretenden como objetivo principal ilustrar a la ciudadanía en temas científicos especializados. No parece que hayan sido proyectos demasiado exitosos. Es muy difícil. Se me ocurre notar aquí cómo la gran Historia del tiempo de Stephen Hawking ha sido un bestseller que finalmente ha quedado abandonado sin leer en muchas estanterías. Si el lector no lo conoce, o no lo ha leído, permítame recomendárselo.

Pretender acercar toda la ciencia a todo el mundo no es posible. Renunciar a todo el conocimiento científico y conformarnos con la imagen clásica de la realidad ofrecida por las humanidades no sería responsable. Sería una pena no tener en consideración los hitos científicos más importantes, porque la ciencia nos ofrece hoy una imagen renovada, impactante y profunda de nuestra realidad humana y cosmológica. ¿Acaso no es esto lo que siempre han buscado los humanistas? Las humanidades se han entendido como toda actividad humana que permite cultivar lo humano. En este sentido humanista podría hacerse interesante para toda persona de pensamiento acercarse a esas dimensiones científicas que irremediablemente abren un horizonte de reflexión filosófica acerca de la naturaleza humana y de su lugar en el universo. Pues bien, la ciencia de los últimos cien años nos invita a repensar lo clásico y a abrirnos a una nueva cosmovisión desde donde seguir profundizando y cuidando lo humano. Dejándolo más claro, la reflexión sobre ciertas cuestiones científicas es hoy un nuevo método para hacer humanidades.

En el fondo todo esto despierta un grandísimo interés en las personas de hoy. Los libros de divulgación científica más demandados se prestan también a ofrecer reflexiones filosóficas de la realidad. Estas aportaciones personales de cada autor, desligadas parcialmente de los tecnicismos científicos, resultan las más provechosas para el lector que siente enriquecerse su cosmovisión de la realidad.

Sin duda es imprescindible dejar crecer a la ciencia y que los científicos hagan sus investigaciones dentro de un marco de responsabilidad ética y social. Pero quizás nuestra sociedad esté demandando algo más que apilar conocimientos en revistas científicas. A nuestro modo de ver pensamos que un ejercicio de síntesis elaborado a partir de buena parte de estos conocimientos científicos, bien divulgado y con el añadido de una reflexión filosófica de corte humanista puede ser de gran provecho para los hombres y mujeres que forman la dinámica sociedad actual. Como queda patente coincido plenamente con el premio Nobel de física Murray Gell-Mann cuando afirma

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