Biología, pregunta formulada por camila843, hace 10 meses

¿Por qué se dice que el fémur y la pelvis de la ballena son órganos vestigiales?

Respuestas a la pregunta

Contestado por alessamora2305
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Respuesta:

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Explicación:

Los cetáceos (ballenas y delfines) son en realidad mamíferos, no peces. Pero viven toda su vida en el agua, a diferencia de la mayoría de los mamíferos que viven en la tierra. Pero los evolucionistas creen que los cetáceos evolucionaron a partir de mamíferos terrestres. El libro Enseñando la Evolución y la Naturaleza de la Ciencia destaca prominentemente una supuesta serie transicional.

En este artículo se analizan éste y otros argumentos a favor de la evolución de los cetáceos, y muestra algunas características singulares de las ballenas y los delfines.

Maravillosas Ballenas

Los cetáceos tienen muchas características especiales que les permiten vivir en el medio acuático. Por ejemplo:

Una enorme capacidad pulmonar que les permite un intercambio de oxígeno eficiente; lo que les facilita inmersiones prolongadas.

Una poderosa cola acabada en grandes aletas horizontales la cual les permite nadar vigorosamente.

Ojos diseñados para ver correctamente bajo el agua gracias a un alto índice de refracción y al mismo tiempo capaces de resistir grandes presiones. Su piel carece de pelo y de glándulas sudoríparas pero posee una gruesa capa de grasa fibrosa que sirve como aislante.

Las aletas de las ballenas y sus lenguas poseen intercambiadores de calor que actúan contra corriente para minimizar la pérdida de calor.

Fosas nasales en la parte superior de la cabeza (respiraderos).

Boca y pezones especialmente acondicionados para que el bebé pueda ser amamantado bajo el agua.

Los misticetos disponen de unas formaciones queratinosas llamadas barbas o ballenas, que cuelgan de la mandíbula superior, dentro de la boca, y filtran el plancton para la alimentación.

Muchos cetáceos localizan objetos usando el eco. Tienen un sistema de sonar que es tan exacto que sería la envida de la marina de los EE.UU. Puede detectar un pez del tamaño de una pelota de golf a una distancia de 70 metros (230 pies). Un experto en teoría el caos ha demostrado que el patrón de repiqueteo del delfín está diseñado matemáticamente para obtener la mejor información posible.1

Una de las sorprendentes características de la mayoría de los delfines que localizan usando el eco y de las pequeñas ballenas es el “melón”, un saliente grasoso en la frente. Este “melón” es en realidad una lupa de sonido -una estructura sofisticada diseñada para concentrar las ondas de sonido emitidas en un solo rayo que el delfín puede dirigir hacia donde quiera. Esta lupa de sonido funciona porque diferentes lípidos (compuestos grasosos) desvían las ondas ultrasónicas que los atraviesan de distintas formas. Los distintos lípidos deben de estar dispuestos según una forma determinada y en una secuencia precisa para concentrar el sonido rebotado del eco. Cada uno de los lípidos es único y diferente de los lípidos de grasa de ballena normales y se elabora siguiendo un proceso químico complicado en el que intervienen diferentes enzimas.2

Para que un órgano como éste haya evolucionado, las mutaciones fortuitas deberían haber formado las encimas apropiadas para poder crear los lípidos correctos, y otras mutaciones deberían haber causado que los lípidos se depositaran en el lugar correcto y con la disposición y forma adecuadas. No es posible que este órgano evolucionara gradualmente paso a paso, porque hasta que los lípidos no estuvieran completamente formados y por lo menos parcialmente, en su lugar y forma exactos, no habría servido para nada. Por lo tanto, la selección natural no habría favorecido formas intermedias incompletas.

Eslabones perdidos

Los evolucionistas creen que las ballenas evolucionaron a partir de algún tipo de mamífero terrestre. Según el libro Enseñando la Evolución, página 18, éstas

“evolucionaron a partir de un grupo primitivo de mamíferos ungulados denominados mesoniquios”

[Actualización de 2001: esta afirmación ahora ha sido puesta en duda por los mismos evolucionistas]

De todas formas, se requiere una infinidad de cambios para que una ballena evolucione a partir de un mamífero marino. Uno de ellos es la eliminación de la pelvis. La pelvis tendería a aplastar el orificio reproductivo con los movimientos propulsores de la cola.

Pero una pelvis más pequeña no habría podido sostener las extremidades traseras necesarias para poder caminar. Por lo tanto la hipotética forma transicional no sería apta ni para la tierra ni para el mar, y en consecuencia sería extremamente vulnerable. Del mismo modo, la parte posterior del cuerpo debe poder girar respecto la parte anterior para que las oscilaciones laterales de la cola se transformen en movimientos verticales. Las focas y los dugongos no son desde el punto de vista de su anatomía formas intermedias entre los mamíferos terrestres y las ballenas, pues poseen sus propias características particulares.

La ausencia de formas transicionales en el registro fósil es un hecho del cual se han dado cuenta los evolucionistas expertos en ballenas como E.J. Slijper:

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