Por qué se derrumbaron los regimenes comunistas de europa del éste? La ocupo para ahorita porfa!
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el sístema económico soviético era un sistema diseñado para construir, pero no para gestionar; para producir, pero no para innovar; para crear cantidad pero no calidad.
Leyendo sobre la URSS uno se pregunta como lograron llevar a cabo los descomunales retos de reducir el analfabetismo del 45% en 1917 al 10% en 1941, de cuadruplicar el número de estudiantes universitarios entre 1940 y 1964 o de tener en los años 70 a 257.000 ingenieros titulados frente a los 50.000 de EE.UU. y a la vez no ser capaces de hacer algo aparentemente sencillo como es el aprovechar el potencial creativo de tantos científicos y técnicos.
un gran freno para la innovación soviética fue la separación institucional existente entre las academias científicas y las empresas estatales causada por la rigidez de la economía dirigida. La falta de interacción entre la investigación aplicada y la producción industrial condujo a una rigidez extrema en la producción. Un ejemplo de ello es la construcción de Akademgorodok, cerca de Novosibirsk; uno de los más importantes centros científicos de la URSS en materias como física, informática o matemáticas con más de 10.000 investigadores y profesores. Pero pese a la cercanía del centro de importantes fábricas de aviación y electrónica, el centro nunca se vinculó con ellas; hasta el punto de que la Academia estableció sus propios talleres industriales mientras que las empresas estatales continuaron vinculadas a sus centros de Moscú. (Castells, 2002).
La falta de interés de las empresas estatales en innovar ya se ha comentado más arriba, por lo que la única institución que podía impulsar el cambio tecnológico mediante la introducción de nueva maquinaría era el Gosplan. Lo que ocurría era que el Gosplan realizaba sus cálculos sobre las cuotas a producir en base a las máquinaria existente, no tenía modo de suponer el potencial rendimiento de una nueva máquina. Por este tipo de cosas, todo intento de innovar era aplastado por el peso del estatismo soviético.
Pese a sus innumerables logros en bienestar social (Jubilación a los 55-60 años, pleno empleo, baja de maternidad de 20 meses, acceso gratuito a educación, sanidad y cultura…) no superados en pleno siglo XXI ni por los países capitalistas más avanzados; el soviético era un sistema que carecía de la flexibilidad, eficiencia y dinamismo que caracteriza al capitalismo occidental, quedando por ello estancado y rezagado. De hecho, el sistema capitalista es tan eficiente que sigue funcionando pese a tener implícitas a su funcionamiento una gran cantidad de lacras sociales.
Todo sistema tecnológico-industrial necesita condicionar a sus habitantes para que adquieran alguna competencia técnica con la que especializarse en algún campo de la economía y necesita incentivarlos para que produzcan e innoven. Ya sea por su eficiencia económica, capacidad de innovación o por usar métodos de propaganda más eficaces y sutiles para condicionar la opinión pública y hacer que sus habitantes sean capaces de soportar más penurias de las que soportarían en circunstancias normales, el capitalismo (hasta el momento) ha sabido adaptarse y funcionar claramente mejor que el sistema soviético.
Leyendo sobre la URSS uno se pregunta como lograron llevar a cabo los descomunales retos de reducir el analfabetismo del 45% en 1917 al 10% en 1941, de cuadruplicar el número de estudiantes universitarios entre 1940 y 1964 o de tener en los años 70 a 257.000 ingenieros titulados frente a los 50.000 de EE.UU. y a la vez no ser capaces de hacer algo aparentemente sencillo como es el aprovechar el potencial creativo de tantos científicos y técnicos.
un gran freno para la innovación soviética fue la separación institucional existente entre las academias científicas y las empresas estatales causada por la rigidez de la economía dirigida. La falta de interacción entre la investigación aplicada y la producción industrial condujo a una rigidez extrema en la producción. Un ejemplo de ello es la construcción de Akademgorodok, cerca de Novosibirsk; uno de los más importantes centros científicos de la URSS en materias como física, informática o matemáticas con más de 10.000 investigadores y profesores. Pero pese a la cercanía del centro de importantes fábricas de aviación y electrónica, el centro nunca se vinculó con ellas; hasta el punto de que la Academia estableció sus propios talleres industriales mientras que las empresas estatales continuaron vinculadas a sus centros de Moscú. (Castells, 2002).
La falta de interés de las empresas estatales en innovar ya se ha comentado más arriba, por lo que la única institución que podía impulsar el cambio tecnológico mediante la introducción de nueva maquinaría era el Gosplan. Lo que ocurría era que el Gosplan realizaba sus cálculos sobre las cuotas a producir en base a las máquinaria existente, no tenía modo de suponer el potencial rendimiento de una nueva máquina. Por este tipo de cosas, todo intento de innovar era aplastado por el peso del estatismo soviético.
Pese a sus innumerables logros en bienestar social (Jubilación a los 55-60 años, pleno empleo, baja de maternidad de 20 meses, acceso gratuito a educación, sanidad y cultura…) no superados en pleno siglo XXI ni por los países capitalistas más avanzados; el soviético era un sistema que carecía de la flexibilidad, eficiencia y dinamismo que caracteriza al capitalismo occidental, quedando por ello estancado y rezagado. De hecho, el sistema capitalista es tan eficiente que sigue funcionando pese a tener implícitas a su funcionamiento una gran cantidad de lacras sociales.
Todo sistema tecnológico-industrial necesita condicionar a sus habitantes para que adquieran alguna competencia técnica con la que especializarse en algún campo de la economía y necesita incentivarlos para que produzcan e innoven. Ya sea por su eficiencia económica, capacidad de innovación o por usar métodos de propaganda más eficaces y sutiles para condicionar la opinión pública y hacer que sus habitantes sean capaces de soportar más penurias de las que soportarían en circunstancias normales, el capitalismo (hasta el momento) ha sabido adaptarse y funcionar claramente mejor que el sistema soviético.
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