¿Por qué se considera que hay temas que sí pueden ser abordados por la
filosofía y otros no?
Respuestas a la pregunta
Explicación:
Al tratar de esquematizar las distintas concepciones de la filosofía tropezamos con el inconveniente de que hay tantas concepciones de la filosofía como sistemas filosóficos, y hasta tantas como filósofos. En un intento por sintetizar las distintas formas de entender la filosofía, y sin pretender ser exhaustivos, podemos destacar las concepciones siguientes:
a) La filosofía como saber de saberes.- Desde esta concepción se destaca que la filosofía es un discurso de segundo orden o un discurso sobre discursos (es decir, un saber abstracto). La filosofía permite generalizar afirmaciones de ciencias particulares y aplicarlas a ámbitos más generales. También la filosofía plantea problemas que afectan a determinados supuestos de un saber dado, a sus límites o a sus pretensiones y cuestiona presuntas evidencias de la experiencia común. De este modo, las distintas disciplinas científicas se ocuparían del conocimiento y explicación del mundo (o de alguna parte de la realidad), y la filosofía constituiría un discurso de segundo orden que toma como objeto de reflexión a aquellas disciplinas.
b) La filosofía como concepción general del mundo.- También se concibe la filosofía como un saber absoluto y general acerca del mundo. Desde este punto de vista la filosofía consistiría en un corpus de ideas, más o menos coherentes, en el que se recogen las concepciones últimas y más generales que el ser humano sostiene en relación al mundo en el que vive. Los partidarios de esta concepción suelen considerar que hay dos niveles en la filosofía entendida como concepción general del mundo: un primer nivel constituido por el conjunto de ideas y creencias generales que los seres humanos adquirimos en los procesos de socialización; y un segundo nivel, que podemos denominar “filosofía académica” o “filosofía profesional”, que se encarga de ilustrar, es decir, de someter a la luz de la razón, aquellas concepciones globales que la gente mantiene de manera inconsciente.
c) Concepción positivista de la filosofía.- Desde ciertas concepciones positivistas (que toman a la ciencia como modelo de todo conocimiento) se considera que los problemas de los que actualmente se ocupa la filosofía serán en el futuro estudiados y explicados por la ciencia. Algunos partidarios de esta concepción manifiestan que los problemas tratados por los saberes científicos formaron parte, en algún momento, de los temas abordados de un modo mucho más general por los filósofos, de modo que es de esperar, según estos autores, que los temas aún tratados por la filosofía pasen en algún momento a ser objeto de las ciencias. Desde el positivismo también se considera a la filosofía como un compendio general de los resultados de la ciencia, sosteniendo que el filósofo es un <<especialista en generalidades>>.
d) La filosofía como análisis del lenguaje.- Desde la corriente de la filosofía analítica se considera que la tarea propia de la filosofía es la clarificación conceptual. La filosofía, de acuerdo con esta concepción, no es un saber substantivo (un cuerpo sistemático de conocimientos), sino únicamente una actividad: la actividad de análisis del lenguaje. Tal análisis tiene como finalidad la clarificación de los conceptos filosóficos y científicos, tratando de mostrar que la mayoría de los problemas filosóficos son pseudoproblemas (falsos problemas) creados por un uso incorrecto o inexacto del lenguaje.
e) La filosofía entendida como <<historia de la filosofía>>.- Desde esta perspectiva se considera que la filosofía no es sino el conjunto de problemas de los que históricamente se han ocupado los filósofos, así como las soluciones (o intentos de solución) que se han propuesto para tratar de resolver tales problemas.
f) Concepción postmoderna de la filosofía.- Para los postmodernos la filosofía no puede ofrecernos un saber substantivo acerca del mundo, pues conceptos como verdad, bien, libertad, belleza, etc., de los que se ha ocupado tradicionalmente la filosofía, no tienen un valor objetivo, sino que se han ido construyendo a lo largo de la historia dependiendo de las distintas sociedades, culturas y momentos históricos. Consideran que no existe la verdad en sentido absoluto, por lo cual no podemos alcanzar un conocimiento objetivo y seguro acerca del mundo. Lo más que podemos hacer, según los partidarios de esta concepción de la filosofía, es tratar de persuadir y convencer a los demás de nuestros puntos de vista, sin pretender llegar a demostraciones válidas para todos, aceptando que los distintos puntos de vista pueden ser igualmente válidos, pues no hay ningún criterio seguro que nos permita determinar qué visión del mundo es la correcta.