¿Por qué se considera que el Holocausto fue la peor tragedia que hasta el momento a tenido la historia de la humanidad?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El holocausto fue un acto brutal del nazismo, la tragedia que este implico no fue solo de perdidas humanas, si no tambien de enormes perdidas materiales que afectaron la economia del pais (en este caso alemania)
El holocausto fue la mayor representacion del poder de los nazis, dejando en claro la poca humanidad que poseian, asesinaban a las personas sin piedad luego de tenerlos trabajando en condiciones deplorables (llenos de enfermedades como la fiebre tifoidea) demostrando un retroceso en la historia de la humanidad.
Ellos decian que querian el desarrollo de una raza superior, pero con ellos la humanidad dio un paso hacia atras en su evolucion, el holocausto fue sin duda la peor tragedia cometida por el ser humano matandose entre si, a su misma especie como si se tratara de animales irracionales.
Explicación:
-1987, escritor italiano sobreviviente del más atroz de los campos nazis de exterminio)
El Holocausto, la Shoá (en hebreo, "Catástrofe"), se acerca a sus 80 años, si se tiene en cuenta el primer y brutal acto del nazismo: la invasión a Polonia, el primer día de septiembre de 1939, inicio de la Segunda Guerra Mundial a partir de las blitzkriegs (guerras relámpago), que no se detendrían hasta que las fuerzas aliadas empezaron a desvanecer el sueño de Adolf Hitler: un Tercer Reich dueño del planeta Tierra durante mil años.
Pero la cáscara traslúcida del huevo dejó ver a la serpiente y su furia una mañana de 1904 en la Escuela de Artes de Viena cuando el alumno Hitler, de 16 años, hasta entonces un vagabundo sin destino, vio naufragar su delirio de convertirse en un gran artista…
El profesor, devolviéndole sus dibujos y pinturas, lo sepultó:
–Usted, Herr Hitler, no tiene futuro. Sus figuras carecen vida. Parecen edificios. Tal vez debería probarse como arquitecto…
La sorna de esas últimas palabras lo cegó de odio.
En adelante, deambuló, aunque era enemigo del alcohol, por cervecerías de Munich y Berlín, atento a las encendidas discusiones políticas generadas por la crisis de Alemania, derrotada en la primera gran guerra y condenada por el Tratado de Versalles a pagar una deuda colosal.
Por fin, el 16 de octubre de 1919, empezó a hablar sobre los enemigos que acechaban al país –a pesar de ser austríaco, no alemán–, y ante la indiferencia de los parroquianos, vociferó:
–¡¿Hay alguien que me oiga?!
Silencio en todas las mesas frente a ese joven esmirriado, imberbe, sin más pelo en la cara que un ridículo bigotito chaplinesco, que empezó hablando de Lohengrin, Parsifal, el Valhalla, la pureza de la raza alemana…, y acabó maldiciendo a los judíos: