¿Por qué se buscaba un equilibrio de poder entre las dos superpotencias de EEUU- URSS?
¿Cuáles fueron las estrategias para tener el control ideológico? (Completa el cuadro)
ESTADOS UNIDOS UNIÓN SOVIÉTICA
- .
- .
- .
- .
- ¿Cuál fue la situación política y territorial de Alemania tras los primeros enfrentamientos de la guerra fría?
¿Cuál fue la situación política y territorial de corea después de la segunda guerra mundial?
¿Qué factores permitieron el crecimiento económico de los países capitalistas?
¿En qué consiste el milagro japonés?
Y ¿Cuáles son los factores de su crecimiento?
¿Qué factores motivaron a Nasser a nacionalizar el canal de Suez? ¿Qué importancia tiene el canal de Suez para Europa? Fórmula tu hipótesis PORFAVOOORR
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1.En la teoría política más reciente (a partir de la segunda mitad del siglo XX), el equilibrio de poder es un concepto clave para el denominado realismo, formulado a partir del comienzo de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.4 Según el realismo político (realpolitik), el objetivo principal de cada estado es maximizar su acumulación de poder, de modo que si todos los estados actuaran de la misma manera se lograría un equilibrio de poder entre ellos, de un modo semejante a como la teoría del liberalismo económico predice la consecución de un equilibrio económico si se deja actuar libremente a los agentes económicos siguiendo su propio interés en un mercado libre presidido por la ley de la oferta y la demanda.
2.a lucha ideológica es la forma superior de lucha por el poder. Toda lucha ideológica es una lucha por el poder político, bajo modalidades y particularidades específicas: por el control de los instrumentos, medios y aparatos de influencia ideológica-cultural sobre la sociedad. Y, por tanto, de la dominación política mediante la hegemonía, no mediante la fuerza o abierta coerción. Ante ello, lo fundamental es la construcción de la contra-hegemonía, dice el abc enseñado por los clásicos del cambio político en un sentido antioligárquico, popular y democrático.
Los días 29, 30 y 31 de julio de este año tuvo lugar un evento de la máxima importancia: el Foro Internacional de Política de Drogas, convocado unitariamente por las principales fracciones parlamentarias en la Cámara de Diputados (de los partidos Acción Nacional, PAN; Revolucionario Institucional, PRI, y de la Revolución Democrática, PRD). Fue un encuentro plural, equilibrado y muy rico en ponentes, aportaciones y discusiones de diversa índole. Fue muy ilustrativo, aleccionador. Se realizó a iniciativa del diputado federal perredista Fernando Belaunzarán.
A pesar de haber sido un evento relevante, fue, al mismo tiempo, limitado por dos grandes circunspecciones: se deliberó sobre un tema concreto, el tráfico y uso de estupefacientes prohibidos en México y el mundo (desde enfoques filosófico-políticos, jurídicos, hasta otros de carácter clínico), sin abordar el tema propiamente de las mafias trasnacionales, en su naturaleza y en su dinámica, impacto y alcances (en algunos casos se hizo, tangencialmente); y en cuanto a las drogas prohibidas, circunscribiendo las exposiciones y debates en torno a la legalización de la producción y venta o no de la cannabis (específicamente, en México y en la capital de la República), una de tales drogas prohibidas.
Lo anterior, como entrada al análisis que en esta entrega presento, en el cual ofrezco en forma resumida un enfoque particular sobre un factor de poder fundamental: el dominio ideológico-cultural, es decir, la hegemonía política, expresada tanto en las conceptualizaciones del tipo guerra contra las drogas y la estrategia anticrimen, ambas, parte integral de la llamada política de control estratégico, construida en los organismos multilaterales por las grandes potencias occidentales con Estados Unidos al frente, y que en su desarrollo histórico a lo largo del siglo XX devino en un paradigma cuya esencia es el prohibicionismo, la criminalización y la militarización de las políticas de confrontación de los cuerpos coercitivos del Estado con las organizaciones trasnacionales del crimen, como ejes estratégicos generalizados.
La lección histórica (a veces olvidada)
Un referente histórico fundamental, para traer a valor presente el paradigma y las políticas mencionadas, son las Guerras del Opio (la primera, de 1840 a 1842; y la segunda, de 1858 a 1860) cuyo rol histórico fundamental fue derrumbar el orden internacional instaurado por el Imperio de China (el Reino Medio Celestial), construido a partir de que China nació como Estado unificado en el siglo III (año 221 antes de Cristo), y hasta el quiebre de la dinastía Qing en 1912, consecuencia directa del desmoronamiento de dicho orden internacional –y de los costos impuestos por las derrotas sufridas–. Dicho orden había sido establecido en toda Asia (cuando China tenía un producto interno bruto siete veces mayor que el de Gran Bretaña, la primera potencia occidental entonces, y cuando se consideraba que el emperador chino era el vértice de la cúspide política del mundo), igualmente, luego de que las guerras y los tratados oprobiosos (debida a la superioridad tecnológico-militar) con los cuales concluyeron aquellas, y que además, abrieron las rutas comerciales a las mercaderías europeas –incluyendo la apropiación del opio con fines de rentabilidad económica–, igualmente, a la expoliación de riquezas, a la esclavización colonial de los habitantes de distintas regiones, por ejemplo, Indochina, y a la dilatación progresiva de su influencia en el territorio chino (proceso nunca concluido, siempre parcial).