Filosofía, pregunta formulada por marcelabarreiros8, hace 16 horas

por que se afirma que la filosofia es una gran demoledora de toda firmeza?​

Respuestas a la pregunta

Contestado por anajugetes04
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Respuesta:

se ejercicio de hacer filosofía no es algo que se hace enfrascado en normativas burocraticoacadémicas, sino que lo hace cualquier persona, haya o no haya leído filosofía, en la medida que decide provocar el espacio de la pregunta existencial en relación a cualquier acción práctica. Uno puede hacer filosofía mientras camina, mientras come… Cualquiera de los fenómenos en los que estamos inmersos en el sentido común permite la pregunta incómoda, que es la pregunta por el sentido existencial de todo aquello que no hacemos más que reproducir porque nacimos con el mandato que nos exige seguir haciéndolo. Claramente algo se perdió, porque la filosofía obviamente olvidó su carácter existencial y se volvió una disciplina disciplinada más de las distintas áreas del mundo académico. En general, su institucionalización suele ser vista desde este lugar de la pérdida de sus vocaciones originarias.

Darío Sztajnszrajber durante uno de sus encuentros filosóficos con público al aire libre. Foto cedida por él.

Darío Sztajnszrajber durante uno de sus encuentros filosóficos al aire libre con público. Foto cedida por él.

Usted define la docencia como un acto de inspiración, una tarea transformadora, inspiradora y emancipadora. ¿Qué papel juega la filosofía en las aulas?

Yo creo que el aula ha muerto. El aula tradicional no se sostiene en un mundo hipertecnologizado, donde cambian todos los esquemas, las jerarquías y las asimetrías típicas de una historia de la educación donde el estudiante solo llegaba a la escuela con el objetivo de ser formado. Parece que la escuela como formadora es una idea que hay que deconstruir. El estudiante tiene forma, no necesita que se le imprima una forma, y si se le genera, se hace sobre una forma previa, con lo cual se genera un conflicto también.

Explicación:

El aula es un lugar de conflicto. Se juegan relaciones de poder y en ese sentido solemos sostener que el aula es también un acontecimiento político. Hay que reinventar el trabajo en el interior de una escuela que ya está desbordada de sus cuatro paredes. El trabajo de contenidos en el aula no suma mucho, porque los contenidos circulan por internet. No tiene sentido que un docente trabaje en el aula únicamente contenidos, que se totalice el dictado de clase en términos de contenidos cuando estos están disponibles fuera. Exige también una reinvención de la práctica docente.

La clave de las instituciones es su conservadurismo, que más allá de la cuestión ideológica supone también una cuestión de facilismo. Uno aprende un oficio y después trata de reproducirlo, pero la filosofía es básicamente un acto de incomodidad, incomodidad frente a uno mismo y frente a lo que uno cree que es su virtud. La filosofía nos hace pelearnos todo el tiempo contra nuestros lugares más seguros. Desde ahí, una clase de filosofía ya no puede reducirse a la enseñanza de información, sino que es un espacio para hacer filosofía. Y para ello hay recursos pedagógicos que no son los tradicionales que para una enseñanza más clásica resultan insoportables. Lo que pasa es que la historia misma de la enseñanza filosófica siempre ha sido una historia subversiva; las grandes clases de filosofía siempre han sido aquellas que, por suerte, han podido escapar a ese sentido común institucional.

«El aula ha muerto. La tradicional no se sostiene en un mundo hipertecnologizado; cambian los esquemas de una educación donde el estudiante solo llegaba a la escuela con el objetivo de ser formado. La escuela como formadora es una idea que hay que deconstruir»

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