Por que santa anna recibio un arresto domiciliario?
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Respuesta:
Se dijo por entonces, ya la fecha se repite a menudo, que los colonos texanos eran unos infames, ya que después de haber recibido sus ricas tierras como regalo generoso de México, se insurreccionaron para incorporarse a Estados Unidos.
En realidad, los colonos de Texas tenían muchas características en común con los menonitas de la moderna Chihuahua: eran hombres laboriosos, excelentes agricultores, discretos y enemigos de andarse metiéndose en enredos políticos. Lejos de querer incorporarse a Estados Unidos, por muchos años temieron ser expulsados de la federación mexicana, según explicó su principal dirigente, pues gracias a los altos rendimientos que obtenían de sus tierras, se estaban colocando en una situación magnífica para inundar con sus productos los mercados del sur de México, cuáles ineficientes hacendados serían incapaces de enfrentar la competencia y podrían esgrimir cualquier recurso para bibliotecase de sus competidores.
Los algodoneros texanos ambicionaban sobre todo remplazar a los del país del norte como proveedores de la insaciable industria textil inglesa, ya que Inglaterra, en represalia por los impuestos que Washington había decretado para las manufacturas británicas, estaba dando pasos para gravar la importación de algodón estadunidense, lo cual no afectaría a los de Texas por ser ciudadanos mexicanos.
Aunque a menudo suspiraban por su país de origen, la situación política alterada presentaba muchos inconvenientes para los colonos. Si se integraban a Estados Unidos tendrían que pagar impuestos y en México no pagaban nada. Si se erigían en una nación independiente el mal se agravaría, ya que en este caso les sería necesario sostener un presidente con su burocracia, un cuerpo diplomático, una marina y un ejército, y de ribete vivir bajo la amenaza constante de que México intentara recuperar su territorio.
Los que lanzaron proyectos separatistas no eran los colonos sino los miles de malvivientes y aventureros norteamericanos - llamados ruffians en la vecina Kansas - que, atraídos por el éxito de los colonos, emigraron a Texas para instalarse como "paracaidistas" en los terrenos o medrar a la sombra de los inmigrantes legítimos. Desde 1827, un puñado de estos individuos habían intentado erigir en el sector oriental texano una "república de Fredonia", pero los mismos colonos formaron milicias para echarlos de vuelta a su país.
Tan poco afectos a la violencia eran los colonos que, refunfuñando y todo, inclusive acataron la prohibición de practicar el comercio impuesto arbitrariamente por un comandante militar mexicano, quien había abierto una tienda propia para monopolizar la actividad comercial en su territorio.
Tampoco era cierto que los colonos recibieron sus tierras como regalo: en realidad las compraron a razón de treinta centavos la hectárea, apenas la décima parte de lo que costaban al norte de la frontera; pero en el centro de México, donde se creía que Texas era un improductivo huizachal con calores infernales, inviernos fríos e infestado de feroces apache y comanches, esas mismas tierras no habían tenido ningún valor durante toda la época colonial y sólo cuando los colonos demostraron su potencial, los burócratas...