¿Por que razones los prosperos hacendados y comerciantes se convirtieron en poco tiempo en las clases mas adineradas del pais?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
2. HACENDADOS Y HACIENDAS
Los documentos de los archivos de Piura y Lima demuestran que los hacendados se convierten en el sector hegemónico de la clase dominante en Piura a fines del periodo colonial. Esta comprobación documental corrobora lo que sucede a nivel colonial-nacional. La realidad social piurana a fines de la Colonia, refleja que su sector hacendado-estanciero es el que genera un 95% de toda la riqueza, concentrándose en un número reducido de familias. Más aún, las haciendas y estancias piuranas fueron lugares seguros y rentables, donde se colocaron los excedentes de dinero que generaba la economía regional. Las familias piuranas razonaron en el sentido de que era mejor invertir dinero en condición de préstamos en haciendas o casas, no sólo porque no existían mayores alternativas de inversión especulativa, sino porque redituaron un interés constante y seguro pagado por sus propietarios. Si ello no sucedía así, se solicitaba el remate de los bienes inmuebles para resarcirse de su inversión. Esta inversión especulativa no sólo se da en Piura, sino que es una práctica que se verifica a nivel colonial-nacional. En el siguiente cuadro, hecho en base a un testamento de 1770, se puede apreciar el dinero colocado en algunas haciendas que redituaban un promedio de 3 a 5% de interés anual:
Explicación:
Respuesta:anual:
Es en las haciendas piuranas donde se invierten los mayores excedentes de capitales, pues aquí se genera la riqueza que permite al hacendado cumplir con el pago de los intereses. Además, hay que considerar que los mayores prestamistas e inversores de dinero excedentario se encontraba en los mismos hacendados y en la Iglesia dueña también de propiedades rurales y urbanas. Resulta claro que el dinero circula entre un grupo de familias que basa su poder económico y social en sus haciendas, relaciones familiares y políticas.
Consideramos que no es correcto afirmar que la tierra tuvo poco valor en el Perú colonial, Salvo en algunas estancias ganaderas por encima de los 3,500 m., donde era difícil obtener sembríos y la tierra o el casco era utilizado casi exclusivamente para el pastoreo como en Puno, Cuzco, Cerro de Paseo, Huaylas, la propiedad se valoraba básicamente por el ganado, pero en el resto de la superficie nacional, la tierra tuvo un valor considerable en relación a su valorización total. Nos parece exagerado afirmar que, a mediados del siglo XVIII: «como ya se ha dicho, las tierras se vendían a precios regalados y con condiciones de pago muy cómodas» (S. Ramírez 1991: 263). Cierto que algunas haciendas o estancias estuvieron sobrecargadas de censos y capellanías y cuando se compraban, el nuevo dueño sólo pagaba la diferencia que había entre el precio real de la hacienda o estancia y el monto de los censos y capellanías, que generalmente era poco, pero ello debido a que así estaba establecido por la legislación colonial y de ninguna manera porque la tierra tenía poco valor.
Es evidente que lo que predomina en el paisaje rural piurano es la hacienda, como acertadamente lo refiere un estudioso de la región: «Notemos que a comienzos del siglo XVII los latifundios se designaban como estancias; el término hacienda que fue imponiéndose poco a poco a lo largo del siglo indicaría la mayor importancia que fue tomando la agricultura frente a la ganadería (J. Schlüpman 1990: 111). De manera más clara y contundente citamos otra descripción: «el mayor número de haciendas se encontraban en las márgenes de este río Piura, 26 frente a las dos 'de bastante crédito' [sic] (Somate y Tangarará) ubicadas en las del Chira» (S. Aldana 1988: 21).
Pero también existieron haciendas en la sierra piurana donde se generaba riqueza y cuyos excedentes venían a la ciudad de Piura. Algo importante de destacar es que buen número de las mejores familias que residían en la ciudad de Piura, fueron dueños de haciendas o estancias ubicadas en Frías, Ayabaca o Huancabamba como se aprecia en el siguiente cuadro:
Del cuadro precedente puede concluirse que las mejores tierras, las haciendas y estancias estuvieron en poder de la minoría de blancos y que los sitios que generalmente se encuentran en tierras de «montaña» fueron distribuidas a indios y mestizos. La característica general que se observa en lo que respecta al reparto de tierras a nivel colonial-nacional, se verifica en la sierra piurana a mediados del siglo XVIII. De igual manera, salta a la vista una larvada concentración de la propiedad territorial en una o dos familias como Cerezo de la Calle, Aguirre, Saavedra, Fuentes y algunos otros, que debe ampliarse y consolidarse vía redes familiares. Cabe mencionar de manera especial un apellido que tiene resonancia regional: Velásquez Tineo, emparentado con importantes familias piuranas que derivan su posición económica y social básicamente de la tierra. De modo similar está la familia Saavedra, que debe ser la que menciona un autor: «Como Rapela de Moscoso no tuvo hijos legítimos, reivindicó la hacienda (Yapateras) su primo Pedro de Saavedra, hijo de Gabriel Pérez de Saavedra, nieto de Pedro de Saavedra uno de los fundadores de San Miguel en 1588; todos encomenderos de Chalaco reducido al pueblo de Frías». (J. Schlüpmann: 112); también los Gómez Zorrilla y alguna otra familia que nuestra investigación aún no alcanza a documentarse. Adelantemos de todos modos que años después, ingresaría como dueño de las haciendas Pillo y Yerbabuena una prominente familia emparentada con lo mejor de la sociedad piurana: Farfán de los Godos. El hecho que algunos hacendados trasladen parte de sus capitales para comprar haciendas en la sierra piurana nos estaría demostrando la importancia de esta zona para acrecentar sus ingresos y ampliar su influencia regional.
Explicación: yo continuo con la respuesta