Por qué razón el narrador de (EL ÚLTIMO TAXI)insiste en qué los hechos son verdaderos?
que diferencias hay con el narrador de la otra leyenda (EL AMARÚ)?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Mire que yo no me dejo llevar por todas esas historias de fantasmas que la gente repite. ¡Se escucha
cada pavada! Como eso de que han visto a Gardel, a metros de su propia tumba, conversando con
Gilda ¡Pero, por favor!. Es que acá en Chacarita hay un montón de muertos famosos, y eso despierta
la imaginación de la gente. ¿No visitó todavía el panteón de personalidades? Le digo que al
cementerio, muy a mi pesar, llegan más turistas que otra cosa. Y digo “muy a mi pesar” porque los
turistas no compran flores. Pueden sacarse mil fotos en la tumba de Bonavena, pero al tipo no le
ponen ni un clavel. Es así, la muerte ya no es lo que era.
Cuando yo era un pibe, no sabe lo que trabajábamos acá en el día de los muertos. ¡Ah, eran otros
tiempos! Las familias se quedaban todo el día aquí. Limpiaban las bóvedas, se traían el mate y se
sentaban sobre las tumbas. ¡Y así se pasaban las horas charlando con sus muertos!
Que usted justo venga a preguntarme a mí por esa chica que amaneció muerta sobre la tumba de
su padre la semana pasada, ya me parece sugestivo: nadie sabe más de ella que yo. No porque yo
mismo la haya encontrado (aunque eso también es cierto) sino porque recuerdo bien el día anterior.
Hizo precisamente lo que nadie hace en estos días: estuvo toda la tarde aquí, como se hacía en el
pasado, al lado de esa tumba que ve allá.
Sí, ella me compró un ramo de calas. Y eso me resulto raro porque ahora la gente prefiere fresias o
jazmines; que no duran nada y al pobre muerto enseguida le quedan las flores marchitas. Pero las
calas, no. Las calas duran semanas, ahí tiene la prueba de lo que digo… ¡Mírelas, todavía tan
frescas!
Hubiera pensado que dormía cuando la encontré a la mañana siguiente, de no ser porque la vi
tomar el taxi la noche anterior. ¡Imagínese mi sorpresa! Piense que yo me voy del puesto a última
hora vuelvo antes de salga el sol.
Recién cuando se confirmó que efectivamente estaba muerta empecé a convencerme de la historia.
¿En serio, nunca se la contaron? Dicen que cuando alguien muere así, sobre la tumba de un ser
amado, es que tomo el ultimo taxi. No le pasa a cualquiera, no: el taxista te elige bien. Tenés que
estar destrozado con el alma puesta en el mas allá, adonde sea que se haya ido esa persona. Es
como un ave carroñera ¿sabe? Huele la herida abierta y, entonces si, va directo a su presa. Se los
lleva sin esfuerzo, porque esa gente se quiere ir. ¡Se quiere ir con sus muertos! ¿Me entiende?
Y mire qué cosa: cuando la vi salir del cementerio, ya al anochecer, a mi se me vino la imagen de un
fantasma. Porque caminaba así, como abstraída del mundo. Bajó a la calle sin siquiera mirar. ¡Ay,
pero esta chica!, le juro que pensé cuando sentí la frenada del taxi.
Algunos dicen que la patente del auto es RIP 666. Eso es mentira: por lo menos, el taxi que esta
piba se tomó no tenía patente. También me llamó la atención que la puerta se abriera sola desde
adentro. Porque ella en ningún momento la toco. Mire, yo no sé bien como describirlo, pero es como
si la tristeza le marcara los pasos como si ella no pudiera definir para que lado enfilar. Se movía
como una autómata. ¿ me entiende? Como si alguien la estuviera manejando por control remoto.
Explicación: