¿Por qué podemos considerar al gobierno peronista como un ejemplo claro de “Estado Benefactor”?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Durante la década de los noventa, Menem lideró en Argentina una profunda transformación en las políticas públicas, implementando un modelo de acumulación situado en las antípodas del Estado Benefactor de posguerra. Sin embargo, logró conservar el respaldo de una porción mayoritaria de los sectores de tradición peronista y nacional-popular, y reformular, con relativo éxito, las identidades sedimentadas. El presente trabajo analiza las interpelaciones que construyó el Presidente para legitimar la transformación identitaria en dirección a las ideas neoliberal-conservadoras. Desde una perspectiva posfundacional, el artículo discute con los análisis esencialistas y, a su vez, problematiza la cuestión de la performatividad en el pensamiento posfundacional. Plantea una diferenciación analítica entre los planos y niveles del discurso, con el propósito de examinar la eficacia performativa de toda formación hegemónica. Concluye que el análisis de las interpelaciones presidenciales, en conjunción con condicionamientos discursivos no lingüísticos, aportan recursos clave para comprender dicha eficacia y la consolidación del orden neoliberal.
l siguiente trabajo procura responder a estos interrogantes clave para comprender el éxito de la hegemonía menemista, las vicisitudes de la formación identitaria del peronismo y las complejidades que asume toda construcción hegemónica. Para ello, se examinan las interpelaciones y estrategias argumentativas del presidente Menem, en interacción con una serie de condiciones discursivo-extralingüísticas de posibilidad, que contribuyeron a dar viabilidad a esta radical transformación político-ideológica y a legitimar el discurso menemista. Desde una perspectiva teórica y epistémica situada dentro del pensamiento político posfundacional (Marchart 2009), el texto discute con los análisis esencialistas, que rechazan o ignoran la capacidad transformativa que presentan las identidades políticas, olvidando la doble dimensión performativa e iterable del orden significante. Al mismo tiempo, busca complejizar los análisis basados en la perspectiva de Laclau, que reducen sus investigaciones al estudio de los aspectos meramente lingüísticos del discurso y asumen una relación de linealidad entre la emisión discursiva y su eficacia performativa. En ese sentido, el texto problematiza la cuestión de la performatividad del orden significante en el pensamiento posfundacional, al examinar la discusión entre la teoría de los actos de habla de Austin y la deconstrucción derridiana. A partir de allí, distingue entre los niveles ónticos y ontológicos de la performatividad, destacando, a partir de los aportes de algunos trabajos de Laclau (1993; 1996; 2014), el papel central de los aspectos “con-textuales” parcialmente estructurados. Con base en estas contribuciones, se aportan recursos para diferenciar analíticamente los planos y niveles del discurso, con el propósito de examinar la eficacia performativa (potencial) de toda “operación hegemónica” (Laclau 1996, 82).
Explicación:
Respuesta:
En dichos complejos, por la relevancia que tomó el empleo asalariado.Ocupando un lugar relativamente claro y cómodo, y el inicio de otro, dentro del cual el gobierno peronista encaró una doble tarea: el diseño de un sistema.
Explicación:
perdoname si mi respuesta no te sirvio