¿por que muchos adultos que me exigen que sea bueno no lo son?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Si el niño saca un ocho en el examen le instan a esforzarse para que la próxima vez sea un nueve. Y si logra el nueve, le reclaman un diez. Recuerdan constantemente que hay que recoger el baño después de cada ducha, que hay que doblar la ropa limpia y poner la sucia en el saco de lavar, que hay que obedecer y acudir a la primera cuando le llaman… Hay que, hay que…
Son pocos los padres que no desean grandes cosas para sus hijos. Pero entre desearlas y fijarlas como objetivo hay un trecho. Y ese es el que suelen recorrer los padres convencidos de que sus hijos rendirán más si ellos son muy exigentes, si en lugar de felicitarles por lo ya conseguido remarcan lo que aún tienen pendiente. Puede parecer que en una sociedad en constante lamento sobre la falta de cultura del esfuerzo, sobre la falta de límites y de tolerancia a la frustración con que crecen las nuevas generaciones, este tipo de padres exigentes son una especie en extinción. Sin embargo, psicólogos y pedagogos aseguran que no es así, que son muchas las familias que presionan a los hijos, especialmente en el ámbito académico, y que este exceso de exigencia está detrás de muchos de los problemas que llegan a sus consultas.
Explicación:
porque desean que seas mejor que ellos.