¿Por qué los países industrializados estaban interesados en la Península de los balcanes?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Las guerras de los Balcanes fueron dos guerras ocurridas en el sureste de Europa de 1912 a 1913. La primera enfrentó al Imperio otomano con la llamada Liga de los Balcanes formada por Bulgaria, Montenegro, Grecia y Serbia. Las pequeñas naciones balcánicas lograron expulsar a los otomanos de casi todo el territorio de la península, pero no pudieron evitar enfrentarse entre sí por el reparto de las tierras que les habían arrebatado, lo que originó la segunda guerra de los Balcanes. El Tratado de Bucarest puso fin a las guerras, pero dejó la zona en un equilibrio inestable, debido al deseo de los derrotados búlgaros de tomarse la revancha en cuanto surgiese la oportunidad. Las contiendas tampoco saciaron los apetitos de los nacionalistas griegos y serbios, que seguían deseosos de ampliar sus Estados a costa de otomanos y austrohúngaros, respectivamente
Explicación:
Luego del derrumbe del Muro de Berlín, en 1989, tres federaciones desaparecieron de la geografía euroasiática. La primera fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) que se disolvió en 1991 y que, tras un proceso difícil, dio origen a la aparición de varios nuevos estados, sobre todo en la región del Cáucaso Meridional y de Asia Central. La segunda fue Checoslovaquia que, el 1º de enero de 1993, se escindió pacíficamente en dos nuevos estados: República Checa (o Chequia) y Eslovaquia
Respuesta:
ESPERO TE AYUDE O TE SIRVA Y SI PUEDES ME DAS CORONA
Explicación:
Los conflictos que estallaron en la década de 1990 en la ex Yugoslavia, en verdad, obedecen a una larga historia de asentamientos de diversos pueblos, de recelos, de disputas territoriales y de intromisión de las diversas potencias rectoras del sistema internacional. Dadas sus particularidades, estos conflictos pueden ser perfectamente aislados de los demás aunque hayan estado inmersos en otros mayores. A guisa de ejemplo de esta aseveración, cito a Barbara Tuchman quien, en su extenso y puntilloso libro dedicado a los cambios que sufrió la Europa de la Belle Epoque cuando se encontró con la realidad de la Primera Guerra Mundial, hace la siguiente salvedad.