Historia, pregunta formulada por brunomayta024, hace 11 meses

¿Por qué los miembros de la Primera Junta juran fidelidad
al rey de España en 1810?

Respuestas a la pregunta

Contestado por Daniel3776
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Respuesta:

El artículo aborda la prestación del juramento de fidelidad de las autoridades municipales de Granada a José I, tras la ocupación de la ciudad por las tropas francesas en enero de 1810, y las alteraciones que conocieron las instituciones de gobierno local a partir de entonces.

Las tensiones políticas derivadas de la impopularidad de Godoy, las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII y la presencia de las tropas francesas en la Península, se saldaron con la sustitución de la dinastía de los Borbones por la de los Bonaparte y con el levantamiento del pueblo español, que dio lugar a los violentos episodios del 2 de mayo que hicieron estallar la Guerra de la Independencia. La crisis de las instituciones, provocada por las abdicaciones de Bayona, generó un vacío de poder que "será ocupado de manera inmediata por una nueva legitimidad: la popular, nacida de la rebelión que constituye el punto de partida del levantamiento"[1].

Las autoridades municipales de la ciudad de Granada vivieron estos acontecimientos con una aparente tranquilidad. El 6 de abril del año 1808, por Real Carta, se comunica al Ayuntamiento la abdicación de Carlos IV en favor de Fernando VII. No tenemos constancia documental de la recepción de esta Carta hasta el día 13 de abril, cuando el caballero comisario de cartas, Diego de Montes, hizo presente haber recibido correo del Consejo Real, procediendo a su lectura en el seno del Cabildo[2]. El Cabildo Municipal, una vez enterado de las noticias, dispuso iluminación general las noches de los días 17, 18 y 19, repiques de campanas, música y salvas de artillería. También se dispuso mostrar al soberano, a través del mismo caballero capitular, el sentimiento de lealtad y de profundo amor que la ciudad sentía hacia su católica real persona[3].

En cuanto a los acontecimientos del 2 de mayo, la ciudad "acordó quedar enterada del alboroto de Madrid y pronta a contribuir por su parte al más puntual y exacto cumplimiento de lo que se ordene", en cabildo de 10 de mayo de 1808[4] . "No le faltaba razón al pueblo para estar descontento de la conducta de sus gobernantes, porque éstos, desde el primer momento, aceptaron el cambio de cosas producido por la marcha de Fernando VII a Francia y no tuvieron ni el más ligero reproche para los causantes de los sucesos del Dos de mayo en Madrid, antes por el contrario, acataron las órdenes de la Suprema Junta de Gobierno y procuraron por todos los medios posibles su cumplimiento"[5]. Otros estudiosos, como es el caso de Gallego Burin, se unen a la crítica de esta actitud al decir que "ni una réplica viril, ni el más pequeño comentario sugiere a los Cuerpos la noticia. Como si se tratase de un suceso de insignificante importancia, se limitan a enterarse y el hecho heroico no les mueve a indignación"[6]. La vida del Cabildo continuó dentro de la normalidad, calificando los acontecimientos del dos de mayo de simple alboroto.

El 23 de mayo, en cabildo extraordinario, procedió el corregidor, Fernando de Osorno, a leer una carta de Sebastián Piñuela, secretario de Estado, en la que se informaba de los deseos de Su Majestad de celebrar en Bayona una Diputación General de ciento cincuenta personas el próximo 15 de junio. Los capitulares procedieron a la elección de Diego de Montes Ximenez, caballero veinticuatro, para representar a la ciudad, ordenando su marcha sin demora. Como diputado suplente salió elegido Antonio Hubert, caballero veinticuatro de la municipalidad. El único capitular que mostró su disconformidad con la obediencia a las instrucciones del duque de Berg, fue el síndico Julián Garcilaso de la Vega, que hizo presente que toda convocatoria a Cortes en reinos extranjeros, o por la violencia, era nula por todo derecho[7], "aunque sus quejas no fueron oídas, y Montes emprendió el viaje"[8]. Los acontecimientos harán que Diego de Montes no llegue a su destino, ejerciendo la representación granadina en las Cortes de Bayona, por nombramiento de Murat, Juan de Mauri, residente en Bayona[9].

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