¿Por qué los mamíferos placentarios no hacen parte de la fauna representativa de Australia?
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Respuesta:
La fauna australiana agrupa una gran variedad de animales únicos: el 83% de mamíferos, el 89% de reptiles, el 90% de peces e insectos, y el 93% de anfibios que habitan el continente son endémicos del país.[1] Este alto nivel de endemicidad puede ser atribuido al aislamiento del país, a la estabilidad de sus placas tectónicas y al efecto de inusuales pautas de cambio climático, que afectan asimismo al suelo y a la flora, a lo largo del tiempo geológico. Una característica única de la fauna australiana es la relativa escasez de mamíferos placentados, en oposición a la abundancia de marsupiales, un grupo de mamíferos que completan su desarrollo embrionario en un marsupio. Estos marsupiales incluyen a los macrópodos, falageriformes y Dasyuromorphia (como el tilacino o lobo de Tasmania), los cuales ocupan un buen número de los nichos ecológicos explotados en otras partes del mundo por mamíferos placentados. Australia ha sido el territorio de dos de las cinco especies extintas conocidas de monotremas y de numerosas especies venenosas, como pueden ser el ornitorrinco, arañas, escorpiones, pulpos, medusas, peces globo y rayas. De hecho, Australia posee más especies de serpientes venenosas que inocuas, otra muestra más de su singularidad en este aspecto.
La colonización de Australia por sus habitantes aborígenes hace más de 40 000 años, y por europeos a partir de 1788 produjo un fuerte impacto en su fauna. La caza, introducción de especies alóctonas y la modificación de los usos del suelo y la consiguiente destrucción de hábitats condujeron a un gran número de extinciones. Por ejemplo, se extinguieron Psephotus pulcherrimus o loro del Paraíso, Chaeropus ecaudatus o bandicut de pies de cerdo y Potorous platyops (un potórido). El uso insostenible del terreno continúa amenazando la supervivencia de muchas especies. Ante este hecho, la legislación australiana ha respondido creando multitud de áreas protegidas; sin embargo, se teme que la aplicación de estas medidas sea insuficiente para frenar la amenaza a los hábitats y especies.