Historia, pregunta formulada por brayanestiven155, hace 1 mes

Por qué las dictaduras y las revoluciones causaron crisis en la democracia? ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por rodrigueztmariayoban
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Respuesta:

Muchos caen hoy en el lugar común de

oponer el año de 1789 al de 1793, la

declaración de los derechos del hombre al

terror, como los dos polos del proceso.

Pero no existe la buena revo lución del

derecho en 1789 y la mala revolución del

terror de 1793. No existe sino una sola

revolución.

Es necesario caer en la cuenta del peligro

que corre el derecho, cuando un grupo

social se levanta y dice: estamos en contra

de la revolución que instauró el derecho.

El primero en decir algo semejante fue el

rey. Repetía permanentemente: —basta ya

con la charlatanería de la asamblea". Y

luego, ante el fracaso de sus esfuerzos, el

rey va a dialogar con la asamblea, va a la

alcaldía, y así es como progresa la revo -

lución del derecho, de los derechos del

hombre. Es así como queda abolida la

tortura y como hubiera debido ser abolida

la pena de muerte. La pena de muerte no

pudo ser abolida, a pesar del deseo de

Robespierre y de los futuros girondinos,

porque el rey y sus partidarios optan por

mantenerla. El rey escoge incluso la

forma que debe tener la guillotina, corrige

el diseño de la hoja, etc. Si sus partidarios

no hubieran optado por mantener la pena

de muerte, el rey no habría sido

ejecutado. La revolución del derecho

avanza a través de un proceso

contradictorio. Suprime definitivamente

la tortura, el suplicio de los condenados a

muerte; en septiembre de 1791, reconoce

iguales derechos a los judíos de Francia;

y, aunque no logra abolir la pena de

muerte, el 4 de febrero en 1794, declara

abolida la esclavitud. Y ¿qué acontece

entre tanto con la revolución del terror?

Circula, paralelamente, por todas partes.

No existe la buena revolución del derecho

en 1789 y la mala revolución del terror en

1793. Ambas coinciden como dos

hermanas gemelas que andan juntas,

mano con mano, en cierto modo

torturándose la una a la otra.

Esa es la historia. Un caso similar es el de

la Universitas, la Universidad, inventada

en Europa occidental a comienzos del

siglo XIII, al mismo tiempo que la

Inquisición. La libertad de discusió n, de

enseñanza, de pensamiento, nace al

mismo tiempo que la Inquisición y por

iniciativa de los mismos Papas. Inocencio

III da su carta a la Universidad de París,

Inocencio IV da el derecho a la

Universidad de no ser juzga da sino por

sus padres. Pero esos mismos Papas crean

la Inquisición, e Inocencio IV le concede

incluso el derecho a la tortura. Robespierre

o Danton se pueden comparar con

ese tipo de personajes que, por una parte,

hacen avanzar las libertades y, por otra,

las niegan.

Digo esto, no para justificar el terror, sino

para hacer justicia a esos hombres. Yo

admiro esa generación de jóvenes que

produce en cinco años una enorme

mutación del espíritu pero que, al mismo

tiempo, se ve envuelta por el tejido de la

historia, que le tiende, a partir de su

propio lenguaje, nuevas trampas. La

trampa más peligrosa se deriva del

momento en el que la palabra terror

comienza a ganar terreno.

El término "terror" aparece por etapas.

Todos hablan de terror. El ministro de

Luis XVI habla de terror. Vergniaud, el

alma bella de la Lironda, que hace caer al

rey con su discurso de una sola frase de

tres páginas, dice: "Es necesario que el

terror entre en ese palacio". Pero el terror

se pone en marcha, definitivamente, en un

solo día. Hay que observar de cerca ese

día. De repente, llega a la alcaldía y a la

convención una delegación inmensa que

viene de las Tullerías, especie de

procesión permanente de uno a otro de

esos polos. Llegan, piden pan y piden que

se ponga en marcha el terror. Uno de los

diputados más frívolos, el hombre de

todas las opiniones, girondino primero y

montagnard después, robespierrista

ardiente al principio y luego traidor de

Robespierre, Barére, pronuncia un

discurso singular: "; Echemos a andar esa

gran palabra que nos ha aportado la

comuna, es decir, el terror'." Ese día

preside Robespierre y no dice

prácticamente nada. Danton, en cambio,

se muestra mucho más violento: "Es

necesario -exclama- que cada día un

aristócrata pague sus gastos con su

cabeza". Para Danton, es necesario que

todos los días haya un poco de terror, un

poco de ceremonial, y para ello instala

diariamente la guillotina. Después de la

muerte del rey, la guillotina se va. Es

desmontada. Retorna para la ejecución de

la reina y de los girondinos. Pero, entre

tanto, Danton pide que se realice el

ceremonial del terror.

Todo el mundo se refiere a Robespierre

cuando habla de dictadura y de terror. Si

seguimos su itinerario nos damos cuenta

de que Robespierre no produce el terror.

Juega un papel muy escaso en la lucha

entre las dos fracciones opuestas: los

girondinos y los ultrarrevolucionarios de

la comuna. Es más bien Danton quien

dice lo que le viene en gana. Robespierre,

por el contrario, tomará la defensa de

Danton en el secreto de comté. Pero el día

en que se decreta el terror, el comité está

presidido por Robes pierre.

Explicación:

Espero te sirva...

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