¿por qué la religión católica y las invasiones germánicas fueron una de las causas que
permitieron la crisis del imperio romano?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Los grandes movimientos de población comenzaron en el siglo III cuando alamanes y francos invadieron conjuntamente la Galia, mientras que los vándalos irrumpieron en Panonia y los godos devastaron las costas de Anatolia y los Balcanes. A pesar de que los romanos debieron afrontar simultáneamente la guerra contra los persas en el este y los germanos en el oeste, lograron repeler todos los ataques.
La situación cambió radicalmente a fines del siglo IV, cuando los hunos, de origen mongólico, irrumpieron en la cuenca del Danubio, obligando a los godos a desplazarse hacia el sur y el oeste. Los romanos trataron de frenar su avance, pero tras ser derrotados en la batalla de Adrianópolis (378), les permitieron establecerse como aliados en Iliria.
Durante varios años se restableció la paz, pero el invierno particularmente frío del año 406 permitió que suevos, vándalos y alanos cruzaran las aguas heladas del Rin. En el 409, estos pueblos se asentaron en Hispania: los suevos ocuparon el norte de la península, en el centro se ubicaron los alanos y en la parte sur, los vándalos, que permanecieron poco tiempo allí porque en el 429 se trasladaron al norte de África.
En el 410, los visigodos se rebelaron y acaudillados por Alarico atacaron y ocuparon Roma para luego marchar hacia Sicilia. Tras la muerte de Alarico y la elección de Ataúlfo como nuevo jefe, se dirigieron a la Galia para fundar el reino de Tolosa, en el 418.
En el 451 un nuevo peligro se abatió sobre Roma: Atila, rey de los hunos, penetró en la Galia, donde una coalición de romanos y germanos logró derrotarlo en la batalla de los Campos Cataláunicos.
Después de la muerte de Atila, en el 453, nuevas oleadas de invasores asolaron las provincias occidentales: anglos y sajones desembarcaron en Britania y se impusieron sobre la población de origen celta; francos y burgundios se adueñaron de la Galia, desplazando a los visigodos hacia Hispania; piratas vándalos cruzaron el Mediterráneo y saquearon Roma en el 455.
El debilitado Imperio de Occidente se derrumbó en el 476 cuando Odoacro, rey de los hérulos, ocupó Rávena y capturó al emperador Rómulo Augústulo. El dominio de los hérulos sobre Italia fue efímero, ya que en el 489 fueron derrotados por los ostrogodos de Teodorico el Grande. Tras una breve dominación bizantina, en el 568 los lombardos invadieron el norte de Italia y fundaron un reino que perduró hasta el 774.
La llegada de los lombardos a Italia, que ocurrió en paralelo a la de los eslavos a los Balcanes, constituyó el último tramo de las grandes migraciones de los siglos III a VI. Luego de una etapa de relativa paz, durante los siglos IX y X una segunda oleada de invasiones, protagonizada por vikingos, magiares y sarracenos, volvió a generar inestabilidad e inseguridad en el mundo mediterráneo.
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