por que la mortalidad es un fenómeno social
Respuestas a la pregunta
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El estudio de la mortalidad ha sido un tema de carácter demográfico; de hecho ... fenómeno social, destacando la importancia de un tratamiento epidemiológico.
El objetivo del presente artículo es reflexionar, y en su caso motivar una
discusión acerca del estudio de la muerte. Se trata de incursionar en un problema de investigación, modificando un planteamiento para el que hasta ahora lo fundamental parece haberse centrado en mostrar la medición más apropiada y correcta de su representación estadística como tasa de mortalidad. En primer lugar, se busca plantear el contexto histórico general en el que han tenido lugar la representación de la muerte en su definición demográfica y el distanciamiento de su análisis social. Posteriormente se retoma el tratamiento que, asimilado a la vertiente demográfica, ha recibido el fenómeno en México. En la parte final del artículo se presenta un repaso por aquellas propuestas que han intentado fundamentar el estudio a partir de su construcción como fenómeno social, destacando la importancia de un tratamiento epidemiológico que permita recrear los vínculos del problema, tanto con la realidad material e institucional más inmediata, como en el sentido de su definición histórica. Asimismo, se proponen algunas otras reflexiones que en conjunto se integren a la construcción de un modelo de causalidad social del proceso salud enfermedad-muerte.
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espero te sirva, saludos!!
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:3
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SÍNTESIS DE LA SITUACIÓN SOCIAL Y ECONÓMICA DE AMÉRICA LATINA
Esta situación ha sido analizada en 1977 por la Comisión Económica para la América Latina (CEPAL)1 en el período 1950-1975. El informe hace notar que el desarrollo en la región ha desmentido la imagen que se tenía en los años 50, esto es, que "un progreso continuo basado en la industrialización, asociado a determinadas reformas socioeconómicas, gestaría una transformación social con metas más igualitarias". El progreso económico ha sido importante. Las tasas de crecimiento del producto interno por habitante, a pesar del aumento demográfico, fueron del 2,6 % y se aceleraron al 3,7 % en el período 1966-1973. El sector más dinámico ha sido la industria, que quintuplicó su producto en estos 25 años, en tanto que el sector agrícola muestra considerable atraso relativo. Los agentes más importantes del proceso han sido el Estado y las empresas transnacionales; estas últimas han abandonado el sector primario para incorporarse a la industria y el comercio. El financiamiento externo ha vinculado estos países en forma estrecha (sobre todo a los más grandes) con el mercado financiero internacional. El monto de los servicios del endeudamiento externo que hoy encara la región compromete parte importante de sus actuales recursos.
Tal crecimiento económico "se ha acompañado de una desigual distribución de sus frutos, tanto porque la propiedad de los medios de producción como el progreso técnico y la modernización han tendido a concentrarse". Hacia 1970, el sector considerado "moderno" (principalmente radicado en la industria manufacturera y la minería) genera un 50 % del producto, pero ocupa solo el 12 % de la fuerza de trabajo. En el otro extremo, el sector "primitivo" de la producción absorbe un tercio del empleo y aporta solo el 5 % del producto. Este sector retiene una población trabajadora con baja productividad y bajísimos ingresos. La desigual distribución del ingreso no se ha modificado entre 1960 y 1970: el 50 % más pobre de la población obtiene el 14 % del ingreso total, en tanto que el 15 % más rico logra el 74 %. El sistema productivo tiene una visible insuficiencia para generar empleo. De acuerdo a estimaciones de la OIT,2 hechas para un conjunto de países que abarca el 75 % de la población de la región, el 28 % de la fuerza de trabajo no se utiliza en el proceso productivo (desempleo abierto y subempleo). Según la misma fuente, un 43 % de la población (aproximadamente 110 millones de personas) vivía en 1973 en condiciones de "grave pobreza" y alrededor de 35 % no tenía un nivel de ingresos que le permitiera adquirir una alimentación mínima equilibrada.
Frente a esta situación y como paliativo, los países han tendido a extender los servicios sociales, entre los cuales la educación y la salud son los más exitosos. Sin embargo, "si se consideran los indicadores por grupos sociales, se ve que las mejorías impresionantes de algunos estratos (grupos medios) dejan en una situación aún peor a los grupos que quedan marginados (especialmente los pobres rurales)". Hasta aquí el resumen de las principales ideas pertinentes del informe de la CEPAL.
La esperanza de vida al nacimiento en América Latina era de 61,4 años en 1970-1975, variando en los países desde 46,8 a 69,8 años.3 Había experimentado una mejoría importante respecto a 1950-1955, cuando los valores correspondientes eran 52,1, 36,9 y 66,3 años. ¿Qué relación tiene esta situación de la mortalidad en la región con el contexto socioeconómico que se ha reseñado?