Por que la independencia del Perú impactó en la economía de Es españa
Respuestas a la pregunta
Respuesta: No es una novedad señalar que la economía
del Perú emergió debilitada tras la guerra
de Independencia. Esta había durado casi
veinte años, si se cuenta desde las campañas del ejército de Abascal contra los insurgentes del Río de la
Plata y de Quito, en 1809, hasta la rendición de los
realistas en la fortaleza del Callao y el debelamiento
de los partidarios de Fernando VII en Huanta, Ayacucho, a finales de la década de 1820. La duración
del enfrentamiento y la característica de guerra civil
que cobró, multiplicaron el encono entre realistas y
patriotas. Una vez vencidos, los realistas recibirían
los castigos de la ejecución sumaria o el destierro,
y la expropiación de sus bienes y caudales. Quienes lograron escapar a tiempo, se fueron con sus
capitales, su experiencia empresarial y sus hábitos
mercantiles. La independencia se logró, así, al costo
de la descapitalización del país y de la pérdida de su
élite económica.
Entre los aspectos económicos que demandó la
inmediata atención del Estado tras el logro de la
independencia, estuvo la cuestión fiscal. Para que
el Estado pudiese implantar su monopolio de la
violencia legítima y pasase a cumplir con las tareas
propias de todo gobierno (como la garantía de la
seguridad externa e interna y la administración judicial) requería de ingresos monetarios. Algunos de los
mecanismos fiscales usados por el Estado colonial no
pudieron mantenerse, por depender del suministro de bienes provenientes de la antigua metrópoli,
como fue el caso del estanco del azogue. El problema
fiscal se acrecentaba si tomamos en cuenta que la
independencia había consistido, en cierta forma, en
una rebelión anti fiscal contra la corona española.
Uno de los motivos por los cuales la causa patriota
ganó adhesión, fue por la percepción de que la carga
fiscal impuesta por los gobernantes peninsulares
a la población del virreinato era excesiva e injusta.
Ocurrida la independencia y transformado el Perú
en una república donde ya no habría más súbditos de
un rey sino ciudadanos de una nación, la población
esperaba que el premio de la libertad fuese un alivio
en la tributación.
Después de 1821, los impuestos tendieron entonces
a atenuarse o desaparecer, lo que, por su parte, expresaba también la menor legitimidad del nuevo Estado
frente a la población. Aunque republicano, nacional
y democrático, no tenía
el apoyo de la
tradición y la
majestad de
las que disfrutaba el monárquico, imperial
y absolutista
Estado español. Un cuarto
de siglo desp u é s d e l a
independencia
fue quedando
claro que una
mayor autoridad y credibilidad del Estado
Explicación paso a paso: