Alemán, pregunta formulada por mariaedilsetorresarb, hace 7 meses

Por que la funcion racial en america hacido un aporte multicultural

Respuestas a la pregunta

Contestado por Josefana
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Respuesta:

1El concepto de Nación fue acuñado en Europa.  En sus orígenes, esto es en los primeros siglos de la Edad Media, careció de connotaciones políticas y más bien aludía al origen de las personas y los pueblos.  Se hablaba así de la “nación inglesa”, de la “nación francesa”, etc.  

2La escisión de la Cristiandad hacia el Siglo XVI por efecto de la Reforma protestante, más la crisis de los poderes imperiales, desembocó en el surgimiento en una serie de “naciones”, esta vez vinculadas políticamente a centros de poder encarnados en los príncipes.  Más tarde, y por obra de la Revolución francesa, surge el concepto de soberanía nacional asumida por el propio pueblo frente a la soberanía de los reyes.  La colectividad nacional soberana es desde entonces identificada con la universalidad de los ciudadanos.

3Como puede verse, el surgimiento del “Estado-Nación” fue en Europa  el producto de un largo y lento proceso histórico, en el cual el Estado, entidad jurídica, se ajustó a la Nación, fenómeno de carácter socio-cultural.  En cambio, en nuestro continente, las Naciones surgieron como consecuencia de la acción de los próceres y caudillos de la Independencia.  Algunos “estados-naciones”, como Bolivia, por ejemplo, fueron el producto de la voluntad de un líder (en este caso, del propio Libertador Simón Bolívar) o del fraccionamiento provocado por los localismos (Sarmiento decía que en Centroamérica hicimos una República de cada aldea).

4Pero mientras en Europa el Estado se acopló a la Nación, en América Latina el Estado se creó antes que la Nación estuviera plenamente forjada.  Y esto no sólo es válido en relación con nuestros “estados-naciones”, sino también en relación con la llamada “nacionalidad latinoamericana”, que en todo caso es un concepto en proceso de formación.

5No debe, entonces, extrañarnos que haya quienes se pregunten si América Latina es un mito o una realidad.  ¿Tienen validez los análisis y las afirmaciones de carácter global, referidas a una región donde abundan las diversidades y contrastes?

6La expresión América Latina comprende una realidad sumamente compleja, donde se dan casi por igual las diversidades y similitudes.  De ahí que si se pone el acento en las diferencias y regionalismos, es posible negar la existencia de América Latina y de la unidad esencial que brota de su misma diversidad.  Si seguimos esa línea, se llega a afirmar que no existe una América Latina, sino tantas como países o subregiones la componen, por lo que cualquier pretensión de reducirla a una sola entidad no es más que aceptar, a sabiendas, un mito o una ficción.

7Nuestro continente ni siquiera ha sido conocido con el mismo nombre en el decurso de su historia.  Sus distintas denominaciones han respondido más a las aspiraciones de las potencias que siempre codiciaron más sus tierras y riquezas que las suyas propias.  “Las Indias”, designación popular en el siglo XVI, debe su existencia, nos recuerda John L. Phelan, al sueño de Colón de llegar al Asia de Marco Polo.  En el pensamiento del historiador franciscano Gerónimo de Mendieta, el otro nombre para las Indias en el siglo XVI, el Nuevo Mundo, tenía sus connotaciones bastantes precisas.  Para Mendieta y algunos de sus colegas misioneros, América era sin duda un “nuevo mundo” en el cual la cristiandad del viejo mundo podía ser perfeccionada entre indios sencillos e inocentes.  Como se sabe, el término América  no llegó a ser común sino hasta el siglo XVII.  La acuñación de este nuevo nombre,  por gentes no hispánicas de Europa, fue un desafío al monopolio español de las tierras y las riquezas del Nuevo Mundo.

8En cuanto a la expresión  “L’Amérique latine”, ésta no fue creada de la nada.  “Latinoamérica” fue concebida en Francia durante la década de 1860, como un programa de acción para incorporar el papel y las aspiraciones de Francia hacia la población hispánica del Nuevo Mundo.

9Una de las denominaciones, América, le ha sido arrebatada por los Estados Unidos, no obstante que le correspondía con mayor propiedad.  “Para franceses e ingleses del siglo XVIII, dice Arturo Uslar Pietri, Benjamín Franklin era el americano y en cambio un hombre como Francisco de Miranda, que podría encarnar con mejores títulos la realidad del nuevo mundo, era un criollo, un habitante de la Tierra Firme, o un exótico indiano”...  A su vez, la expresión Hispanoamericana, nos trae reminiscencias del antiguo imperio español.  El concepto de “hispanidad” fue promovido por intelectuales de la España franquista.

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