¿Por qué la dignificación y la ética van de la mano con el actuar y el quehacer diario?
me ayudan por favor!!
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Si hablamos de la ética personal, la mayoría sabemos a qué nos referimos: todas y todos tenemos un código de conducta, una escala de valores que podemos compartir o no con otras personas y que nos guía a la hora de actuar.
Por ejemplo, cuando procuramos no dañar o herir a otras personas, lo hacemos por respeto, por amor o aprecio, pero también porque sabemos que eso no está bien, que hacer algo que les perjudique nos afectará, en muchos sentidos, a nosotras y nosotros mismos. Ser personas sinceras y no tomar lo que no es nuestro son algunas cuestiones que debemos incluir en ese código ético personal.
Cuando te preguntas qué es la ética social, la respuesta refleja esos mismos principios éticos que inspiran tu ética personal, ni más ni menos.
Lo único que cambia (que sin embargo no es poco) es la apreciación de la propia responsabilidad, que pasa de verse como algo particular a ampliarse y alcanzar una dimensión más generosa, poniéndose al servicio de la responsabilidad social. Al fin y al cabo, la ética social implica tomar conciencia de que todos y cada uno de tus actos tienen consecuencias sociales, sobre los demás y sobre el medio ambiente.
O dicho de otro modo, la ética individual es la base sobre la que construimos la ética social que se aplica en los entornos donde convivimos y nos desenvolvemos como personas. No existe la una sin la otra.
Tan estrecha es la relación entre estos dos conceptos, que es prácticamente imposible que pueda existir una ética personal sin una ética social. Las personas que son buenas con sí mismas hacen lo propio cuando trasladan esos valores a la sociedad como tal. Del mismo modo, quienes practican unos principios y acciones beneficiosas para sus semejantes, es casi seguro que los trasladarán a nivel individual.
Explicación: