¿Por qué la dignidad tiene sus raíces en el creador?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La dignidad de la persona se expresa tanto en su ser individual como en su ser social, dos dimensiones inseparables de su ser. El ser humano pide ser considerado “en la plena verdad de su existencia, de su ser personal y a la vez de su ser comunitario y social”.
El varón y la mujer tienen la misma dignidad fundamental.
Esta diversidad en la igualdad es enriquecedora e indispensable para una armoniosa convivencia humana.
La mujer es complemento del hombre, como el hombre lo es de la mujer; ambos realizan plenamente lo “humano”.
La vida de ambos es sagrada e inviolable.
¿Qué CONTENIDO SE LE DA A ESTA PALABRA?
La dignidad humana es un don y una tarea que hace referencia al valor inherente al ser humano en cuanto ser racional, dotado de libertad y poder creador, puesto que la persona puede modelar y mejorar su vida mediante la toma de decisiones y el ejercicio de su libertad.
El ser humano posee dignidad por si, no viene dada por factores externos, se tiene desde el instante del nacimiento y es inalienable.
El hombre posee gran dignidad por motivos principalmente espirituales (de ahí que un ateo dispone de menos razones para respetar al ser humano):
Estamos dotados de un alma espiritual e inmortal. Hemos sido creados a imagen y semejanza divinas. Poseemos entendimiento y voluntad.
Dios se ha hecho hombre: la Segunda persona de la Santísima Trinidad ha tomado la naturaleza humana.
Dios nos ama.
La gracia otorga al hombre la dignidad especial de hijo de Dios. De ahí que un pecado mortal es lo que más daña al hombre y a su dignidad pues hace perder el don de la gracia y la filiación divina.
Explicación:
Respuesta:
Todos sabemos como hoy, en la época de la ingeniería genética y de la biología celular, la persona humana, desgraciadamente, frecuentemente está en cierto sentido, como cosificada, la mayor de las veces reducida a objeto, que puede ser manipulado. El biólogo Dulbecco, premio Nobel de la medicina, en una conferencia caracteriza bien la reducción del hombre: “Como biólogo – dice él- estoy habituado a mirar al hombre como un complicadísimo enjambre de entidades pequeñísimas. Yo estoy habituado a mirar una célula, o un gen, o una molécula”.
Es esta una visión del hombre que lleva en sí los graves peligros, porque, basada en un biologísmo frío, indica, en cierto sentido, “una regresión para el hombre, porque pasa de una especie de plenitud de existencia a un estado que es nada más que un mecanismo, un objeto. Se busca sustituir los construido por el vivido; se tiene una objetivación del hombre por el hombre”.
Explicación: