¿Por qué fue tan
importante la llegada del hombre a la luna en 1969?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Al poner a tres astronautas en el satélite, el 20 de julio de 1969, la humanidad logró uno de los grandes hitos de la historia. Cincuenta años después, el mundo recuerda la hazaña, mientras revive el sueño de volver a visitarla.
A mediados del siglo XX, la idea de ir a la Luna se limitaba a la fantasía de escritores de ciencia ficción como Julio Verne, H. G. Wells o Edgar Rice Burroughs. Que estas historias fantasiosas se convirtieran en realidad sonaba imposible. Pero, en octubre de 1957, una serie de eventos cambiaron esa noción.
En medio de la Guerra Fría, esas proezas espaciales significaron un duro golpe en el orgullo estadounidense. Dos meses más tarde, en un discurso ante el Congreso, el presidente John F. Kennedy sorprendió al mundo al decir que antes de que terminara la década, Estados Unidos pondría a un hombre en la Luna y lo traería de vuelta sano y salvo a la Tierra.
Era un momento de avances tecnológicos, lo que permitió que el planeta entero viera la transmisión en vivo y en directo.
Ocho años después, la Nasa cumplió ese designio: el 20 de julio de 1969, Neil Armstrong y Buzz Aldrin descendieron a la superficie lunar desde el módulo Eagle, mientras Michael Collins los aguardó en el módulo de comando en la órbita del satélite.
Los tres astronautas: Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin.
El programa espacial nunca contó con la aprobación mayoritaria de los contribuyentes, que consideraban la misión como una pérdida de plata. Pero ese 20 de julio todos se unieron a la celebración. Algunos países que criticaban la política exterior de Estados Unidos, y en especial su guerra en Vietnam, manifestaron su admiración por la gesta. Y muchos otros se ufanaron de tener entre los 400.000 trabajadores del proyecto a algún ingeniero o técnico proveniente de su país.
¿Cómo se planeo la llegada del hombre a la Luna?
Sin embargo, la gesta enfrentó enormes desafíos tecnológicos. El equipo de miles de personas que integraban la misión debía resolver por lo menos 11.000 temas, desde la construcción de las naves hasta el monitoreo del clima.
El incidente más lamentable fue la muerte de la tripulación del Apolo 1, el primer vuelo de prueba tripulado a la órbita de la Tierra.
Poppy Northcutt, quien calculó las trayectorias para el regreso del Apolo 8, coincide con él y piensa que el mayor desafío tuvo que ver con el factor humano: “Integrar 400.000 personas para que desarrollaran diferentes aspectos de la misión, sin perder el enfoque en el objetivo común y trabajar en equipo”, dijo a SEMANA.
En ese arduo trabajo hubo muchos retrasos, accidentes y pérdidas humanas. De estos, el incidente más lamentable afectó a la tripulación del Apolo 1, el primer vuelo de prueba tripulado a la órbita de la Tierra que se incendió con los astronautas a bordo antes de su lanzamiento.
Infografía: Así fue la misión para llevar al hombre a la Luna.
Aunque esta expedición buscaba ganarles a los soviéticos, el hecho tuvo repercusiones inmediatas en la vida en la Tierra. Expresiones como el cielo es el límite quedaron caducas, y la cultura popular adoptó el hecho rápidamente.
David Bowie saltó a la fama en 1969 con Space Oddity, una canción sobre un astronauta que pierde contacto con la Tierra; en 1973, Pink Floyd lanzó su álbum The Dark Side of the Moon (El lado oscuro de la Luna), hoy considerado una obra seminal en la historia del rock. Un año antes de la llegada del Apolo 11 a la Luna, Stanley Kubrick estrenó 2001: odisea del espacio, su trabajo cumbre, y series de televisión como Perdidos en el espacio y Mi marciano favorito recurrieron a la temática espacial para cautivar audiencia.
Puede interesarle: ¿Quién será la primera mujer en viajar a la Luna?
¿Qué beneficios concretos trajo el viaje a la Luna?
El hecho también trajo beneficios a la vida cotidiana. Llevar a un hombre a la Luna no solo implicó construir naves espaciales y enormes cohetes, sino también satélites que predijeran el clima, aparatos precisos de localización, computadores más eficientes, así como materiales livianos.
Según Adriana Ocampo, gerente de programas científicos en la Nasa, el 40 por ciento de las cosas que usan hoy los humanos surgieron por esa misión. Teléfonos inteligentes, computadores personales, almohadas, colchones sintéticos, la tecnología médica y la resonancia magnética forman parte de ese legado. “Lo extraordinario es que cuando comenzó la misión, no existía nada y la tecnología que se necesitaba se logró en menos de diez años”.
El más grande legado de ese momento no radica en la tecnología, sino en el viaje en sí, pues recuerda el instinto de los seres humanos por descubrir.