Por qué estaban divididos los liberales
Doy corona
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El grupo de liberales de Unión de Centro Democrático (UCD), que está ultimando la redacción de un documento-base de lanzamiento político con el apoyo de Antonio Garrigues Walker y sus Clubes Liberales, se encuentra, antes de su presentación pública, dividido.
Algunos, como los ex ministros José Luis Leal y Eduardo Punset, Soledad Becerril y Eduardo se muestran partidarios de inclinar el liberalismo hacia el reformismo, mientras que otros, como Joaquín Muñoz Luis Miguel Enciso y Víctor Carrascal, son favorables a una alianza con los firmantes de la plataforma moderada, de ideología democristiana. Este fue uno de los temas que más polémica suscitaron en la reunión mantenida por los liberales, el pasado martes, en el domicilio madrileño de Joaquín Muñoz convocada para ultimar su estrategia de cara a las próximas elecciones. Los partidarios de identificar liberalismo con reformismo están en la vía de acercar su política hacia postulados más progresistas. Estos, en palabras Punset, tienen en común con los firmantes de la plataforma moderada el reconocimiento de su derecho a expresarse como corriente de opinión dentro de UCD, pero no aceptan el contenido ideológico conservador de su documento.
Por el contrario, los restantes liberales mencionados consideran que su estrategia política pasa por una alianza con los democristianos, para presentarse juntos a las próximas elecciones generales bajo la presidencia de Leopoldo Calvo Sotelo. Cuatro diputados firmantes de la plataforma moderada, Emilio Attard, José Ramón Pin, Javier Aguirre y Vicente Ruiz Monrabal, así como el liberal Joaquín Muñoz Peirats y el senador valenciano José Báguena, han constituido un comité mixto de acción política en Valencia que, según sus integrantes, «está funcionando a la perfección y hay unanimidad de criterios». La finalidad de este ensayo en el País Valenciano es la de intentar trasladarlo a la esfera nacional, y de ahí los reiterados encuentros con los cabezas de fila de la democracia cristiana española y su apoyo al portavoz del grupo parlamentario centrista, Miguel Herrero de Miñón.
A la pugna por inclinar el liberalismo hacia la derecha o la izquierda habría que unir otros problemas suscitados en el seno de este sector por cuestiones de protagonismo. Ignacio Camuñas es el más reticente a ser uno más en la operación, seguido de Antonio Fontán y de Antonio Garrigues Walker, quien, a medio plazo, estaría dispuesto a integrarse en UCD cuando se elaboren las candidaturas de las próximas elecciones.
La verdadera cuestión de fondo de la operación liberal se verá la próxima semana, cuando, pasado el debate parlamentario del aceite tóxico, se presente el documento a la firma de diputados, senadores y militantes centristas y seguidores de Garrigues Walker. Este documento será llevado sin duda al comité ejecutivo de UCD, y no faltarán quienes -suaristas y socialdemócratas- exíjan medídas dísciplínarías contra sus firmantes. A medida que se aproxima la fecha aumentan los centristas que ven en este proyecto de los liberales el punto sin retomo en el que puede entrar la descomposición de UCD.
El liberal-reformista José Luis Leal adelantó ayer a este periódico que, si finalmente se opta por la derechización y su contenido no tiene un claro matíz conciliador para UCD, él no suscribirá el documento. Lo que le resulta inadmisible al ex ministro de Economía José Luis Leal es que se intente, a través de documentos y plataformas, darle la vuelta a los resultados del Congreso de Palma. «Querámoslo o no», dijo, «el congreso del partido dejó en minoría a los liberales y a los democristianos, y no me parece lícito que se intente mezclar al Gobierno y a su presidente en una operación poco democrática, como es el hecho de no aceptar los resultados de la mayoría».