Psicología, pregunta formulada por laurenarenasitcip, hace 4 meses

¿Por qué es tan difícil ser buen ciudadano?

Respuestas a la pregunta

Contestado por kherreram
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Respuesta:

Competentes o incompetentes, civilizados o incivilizados, indiferentes y/o comprometidos  con la participación ciudadana en muy diversos grados, mexicanas y mexicanos  asistimos día a día a la intensa lucha por encontrar el equilibrio personal y social, la sensatez y sano juicio, e intentar entender facultades, deberes y limites que  suponemos encuadran  par  excelence a la autoridad pública misma que, con gastos onerosos y excesivos de publicidad pagada a los medios masivos, sin cesar dice representarnos a todos y velar por nuestros intereses legítimos.  

Nuestra demora a la cita con nuestra conciencia e identidad democrática, sin embargo, es hoy más que conocida. Atorados en lo económico, achatados todavía en lo político, nuestras dificultades para asumirnos como auténticos ciudadanos, con derechos y obligaciones, se han explicado ya por una historia que, en los últimos 500 años, es la sumatoria de 300 años de servidumbre a la corona española, 129 años de anarquía y sucesivas dictaduras, así como 71 años de presidencialismo y de partido único.

La misma historia en que mediante prueba y error fueron forjadas nuestras cartografías culturales y que, al modo en que ocurre con los pueblos colonizados, convertidos en súbditos, se condicionaron conceptos e imaginarios sociales en un largo proceso de inculcación que, por sucesivas etapas, tomo distancia de la responsabilidad intelectual y ética hasta colocar la vida política como actividad privilegiada monopolizada por “expertos”, tecnócratas  y “clase política” con presunta vocación y talento, para administrar y gobernar en forma honesta, transparente y  pertinente.  

De hecho, expresada en contenidos programáticos del Sistema Educativo Nacional, la educación cívica y política recibida desde la tierna infancia por los mexicatihauis, en las últimas décadas devino en una concepción cuyo punto de arranque lo fue la revolución mexicana, cuyas nociones de la política se tornarían en una mezcla de  discurso oficial encendido y revolucionario. Por cierto agotado incluso antes de que el PRI fuera derrotado y saliera de Los Pinos.  

Transcurrida más de una década sin el partidazo oficial,  no obstante, las desdibujadas y desnutridas nociones e indefiniciones del “ser ciudadano” y participar en la vida política, como demuestran las Encuestas Nacionales,  se acentuaron en los ciudadanos, constreñidos tanto tiempo y sin espacios para el verdadero diálogo, discusión y deliberación pública. Lo que exhibe un desarrollo político deficitario e insuficiente, parcial e incompleto, agravado por la confusión que significa el actual discurso oficial impulsado desde el Poder Ejecutivo Federal, mismo que presenta como enemigo principal del desarrollo, al crimen organizado y las narco pandillas.          

Valga recordar que, sin contar con un aura revolucionaria, sin una mitología o discurso semejante al de su predecesor, Acción Nacional, arribo a la presidencia en aquel 2000 con el impulso de expectativas de mieles de redención a cambio de alternancia.  

Con lo hasta aquí anotado, enfatizamos que en similar proporción a la durabilidad, grado e intensidad con los que operó y opera hasta hoy día en nuestro país la falta de interés por la educación y reflexión sobres la ciudadanía, desde las instituciones competentes, además del IFE y los Consejos Estatales Electorales, se requiere redoblar y triplicar esfuerzos orientados a promover procesos educativos y reeducativos que liberen la “razón política” y el “juicio político” , y contribuyan a erradicar los prejuicios fundados en la mezquina y peligrosa definición de la política como medio utilitario para la consecución de fines personales y/o de facción.  

Quizá no sea mucho pedir, pero hablar de urgente educación ciudadana es semejante a solicitar que se abran de manera permanente  y para toda la vida los espacios de reflexión, meditación y conversación, en que no una sino una pluralidad de voces intervengan en un diálogo cuyo tema no puede otro que rescatar nuestro país de la vieja política y de los viejos políticos, a favor  del bien humano en comunidad. ¿Usted qué opina amable lector?.

Explicación:

corona?


laurenarenasitcip: no le voy a dar corona
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