-¿Por qué es importante que los estudiantes aprendan a expresar sus opiniones y
defenderlas con argumentos?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
No obstante, varias investigaciones han demostrado que los estudiantes tienen dificultades para escribir textos argumentativos en sus disciplinas de manera competente (Andrews, 2009; Andrews et al., 2006; Castro y Sánchez, 2013; Kellog y WhiteFord, 2009; Serrano, 2008; Wolfe, Britt y Butler, 2009). Recientemente Bañales et al. (2014), a partir de una revisión de literatura, han señalado que sus principales dificultades tienen que ver con a) entender los tipos de tareas y preguntas de indagación vinculadas a la argumentación disciplinar, b) reconocer las características de los argumentos en los textos académicos y c) regular los procesos de planificación, redacción y revisión implicados en la producción de los escritos argumentativos, especialmente en los ensayos a partir de múltiples fuentes. Además, en el contexto mexicano, Castro y Sánchez (2013) identificaron que los ensayos argumentativos de opinión producidos por estudiantes universitarios, a diferencia de la escritura académica experta, muestran las siguientes dificultades: a) adoptan una estructura retórica expositiva, b) carecen de un uso retórico de las citas que sustente su propia voz y argumento en el texto, c) emiten evaluaciones poco matizadas y utilizan apreciaciones personales, d) no cuestionan los conocimientos de los expertos, los cuales asumen como verdades irrefutables y e) no reconocen las posiciones alternativas a las cuales pueden adherirse o confrontar.
Esta problemática ha llamado la atención de investigadores y pedagogos para la búsqueda de buenas prácticas y métodos que faciliten la enseñanza-aprendizaje de la argumentación escrita en la educación superior. Así, en los últimos años, investigaciones en el campo de la psicología educativa han diseñado y probado la efectividad de intervenciones dedicadas a enseñar de manera explícita a los estudiantes universitarios, técnicas de argumentación específicas como el uso de esquemas argumentativos (Wolfe, Britt y Butler, 2009), la consideración de contraargumentos (Nussbaum y Kardash, 2005) y procedimientos de revisión global y local de los elementos conceptuales, estructurales y lingüísticos de los ensayos argumentativos (Butler y Britt, 2011). De igual forma, en el contexto anglosajón se han generado propuestas pedagógicas para la enseñanza de la argumentación escrita en la educación superior que, fundamentándose en las principales teorías contemporáneas y clásicas al respecto, ofrecen diversas estrategias e instrumentos para la argumentación, utilizando distintos géneros textuales (por ejemplo, ensayos o análisis retórico) y múltiples tipos de argumentos (por ejemplo, definición, causales, evaluativos) (Faigley y Selzer, 2010; Ramage, Bean y Johnson, 2012; Ramage et al., 2009).
En el contexto latinoamericano también se han desarrollado diversas aportaciones dedicadas a la enseñanza de la argumentación en la educación superior durante las últimas décadas. Por un lado, destacan los trabajos de Díaz (2002) y Serrano (2008), quienes exponen una serie de teorías y recursos para la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y escritura de ensayos argumentativos en las ciencias sociales y humanidades. Adicionalmente, Padilla, Douglas y López (2011) diseñaron un programa de alfabetización académica dedicado a desarrollar en los estudiantes universitarios de ciencias sociales las habilidades argumentativas implicadas en la producción de ponencias (grupales) derivadas de sus trabajos de investigación. Finalmente, Reyes, Fernández-Cárdenas y Martínez (2013) han sugerido recientemente el uso de comunidades de blogs como medio para el aprendizaje de la lectura y la escritura colaborativa de ensayos argumentativos.
En conjunto, estas propuestas se caracterizan por reconocer la diversidad de formas que puede adoptar la argumentación escrita en los contextos universitarios y proponen, en consecuencia, intervenciones educativas acordes con las necesidades de formación en géneros textuales, tareas y competencias argumentativas de disciplinas específicas. El presente trabajo se suma a los esfuerzos señalados y propone un modelo pedagógico didáctico que facilite a los docentes universitarios la enseñanza de la argumentación escrita en la disciplina de la lingüística aplicada y ciencias afines. Por tanto, en este artículo presentamos, en primer lugar, los principios teóricos-pedagógicos y el diseño didáctico del modelo; posteriormente exponemos los resultados obtenidos a partir del análisis de las reflexiones de estudiantes y docentes, en términos de los beneficios y dificultades que manifestaron tener para aprender y enseñar la argumentación escrita. Finalmente, ofrecemos las lecciones pedagógicas aprendidas derivadas de la implementación de la intervención.
Explicación:
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