¿Por qué es importante participar cumpliendo con nuestros deberes y demostrar nuestros valores en las
instituciones sociales a las que pertenecemos?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Las sociedades contemporáneas que pretenden ser democráticas, abiertas y plurales se caracterizan por su interés permanente de cimentar en sus ciudadanos y ciudadanas valores que tiendan cada día a fortalecer y a consolidar el funcionamiento democrático de sus instituciones. Su propósito claro y definido, consiste en elevar los niveles de satisfacción personal y colectivo de su ciudadanía, contribuyendo así a la dignificación progresiva de los mismos, incrementando a la vez, sus niveles de felicidad y, por tanto, de vida buena.
Desde esta perspectiva, las constituciones estatales de esas sociedades están inspiradas, inequívocamente, en la carta universal de los derechos humanos, como una forma de garantizar a sus ciudadanos, unos derechos individuales que les permitan tener acceso a una vida digna en un estado de bienestar satisfactorio. En este sentido, la carta de los derechos humanos enfatiza el derecho y protección de la vida personal, las garantías de las libertades individuales, la igualdad de los ciudadanos y ciudadanas en dignidad, y ante la ley y la justicia, el acceso de los individuos a derechos sociales y económicos, su participación en los procesos políticos, la protección del Estado a los ciudadanos cuya condición natural o adquirida les impida competir en igualdad de condiciones con los demás. Todos estos derechos que los diferentes estados de las sociedades abiertas y plurales deben garantizar a sus ciudadanos, se inscriben dentro de un orden social internacional a fin de mantener la eficacia y el goce de los mismos.
El respeto y protección de los derechos humanos exigen una reconfiguración de la educación y de los valores que la misma se promueve. Esta es una perspectiva reivindicada a nivel mundial; parece ser que los movimientos que acontecen en un mundo cada día más universalizado y complejo, amenazado por riesgos globales, y el incremento galopante de las desigualdades socioeconómicas entre naciones ricas y pobres, como también en el plano contextual, requieren de una reorientación de los valores que permita fortalecer la justicia, la paz, y la solidaridad, para el mantenimiento de la armonía en el conjunto de las distintas naciones, tanto en sus diversas relaciones multi como con la naturaleza. En este marco de ideas, se le está dando a la educación el papel estelar que justamente ésta juega en la formación de esos nuevos valores.
Esta nueva visión del mundo está repercutiendo favorablemente en el plano educativo, pues parece ser, que no se tendrá una sociedad de cultura democrática, de justicia social y en consecuencia, de una ciudadanía satisfecha, con mejores niveles de vida, si esta cultura no es defendida, asumida y procesada en la escuela, en el marco de los valores de dignificación y convivencia humana. El desarrollo y el cultivo de valores democráticos se convierte en una necesidad, un derecho y una obligación de todas las instituciones de la sociedad que se dedican a la formación de la ciudadanía.
Explicación: