por qué es importante la música totanaca
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Respuesta:
Sones de Costumbre. Música de arpa y violín de Pantepec, Puebla es el nombre del disco dedicado a la música ritual totonaca de la Huasteca poblana, que la Secretaría de Cultura y Turismo del estado de Puebla y el Programa de Desarrollo Cultural de la Huasteca de la Secretaría de Cultura federal, presentaron en el marco del Festival Internacional 5 de Mayo. El repertorio musical del Costumbre totonaco se cuenta entre los géneros de más honda tradición histórica en el estado y en el país. Ya sea que deriven directamente de la música religiosa de cuerdas que los invasores trajeron de España en el siglo XVI, o que sean herederos de la música sincrética que hacia el siglo XVII arraigó según el matiz regional de los “sones de la tierra” huasteca, los aires totonacos de arpa y violín se cuentan, sin duda, entre las más ilustres creaciones artísticas del actual territorio poblano: ilustres por su longevidad de entre cuatro y cinco siglos pues, musicalmente hablando, esos sones remiten a los géneros que marcaron la transición del Renacimiento al Barroco.
Doblemente ilustres por su importancia como ingrediente imprescindible de la ritualidad indígena contemporánea, su vínculo con la plegaria chamánica totonaca hunde sus raíces hasta tiempos aún más remotos, milenarios. Ya sea con sus muchos nombres totonacos de Tawilate, Natsi’itni, Puxamat o Talipuwan, el llamado genéricamente rito de Costumbre constituye un sistema ceremonial vinculado con el calendario agrícola de la Huasteca, así como con las atenciones rituales que merecen el combate de la enfermedad y la celebración de las transiciones del ciclo vital humano. Como plegaria musical, como rezo instrumentado, los sones totonacos de Costumbre siguen las mismas melodías que los rezos de las y los chamanes o curanderos, hasta el punto de que, como escribió Alain Ichon, “no podría saberse si la plegaria guía a la música o es a la inversa”.
Verdadero compendio que reúne poesía mesoamericana declinada con acento ritual totonaco, fundida con la música de origen europeo con influencias árabes del Caribe afroandaluz, las secretarías de Cultura estatal y federal han rendido un justo homenaje a una importantísima tradición sonora totonaca de la Huasteca poblana.
Los violinistas y arpistas que grabaron el disco son José Francisco María y José Francisco Hernández, de El Terrero; Manuel Santiago Antonio y Manuel Santiago Isabel, de Ceiba Chica; Miguel Rodríguez y Manuel Rodríguez Aparicio, de la cabecera municipal de Pantepec.
Explicación:
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