¿Por qué es beneficioso ser humilde?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
porque la humildad produce paz y serenidad, logrando que las personas vivan más felices. La humildad facilita controlar el mal humor y las actitudes inadecuadas, lo que permite mejorar las relaciones con los seres queridos y con los demás.
Explicación:
Respuesta:
Son tantos los beneficios de la humildad que me es imposible nombrarlos todos, pero después de una minuciosa búsqueda, encontré que muchos coinciden en resaltar los siguientes como algunos de los más importantes:
• Al que practica la humildad, se le facilita perdonar con rapidez, disfrutando de los beneficios de perdonar.
• El humilde se esfuerza por escuchar y aceptar a otros, y como lo que se siembra se cosecha multiplicado, recibirá más y más aceptación en el corazón de los demás.
• La persona humilde reconoce no solo sus capacidades y habilidades, sino también sus limitaciones, y lo que es mejor, reconoce las capacidades y limitaciones de los demás. Recordemos que ser humilde es dejar hacer y dejar ser, por lo tanto la humildad libera de la envidia, además, el saberse imperfecto produce la disposición a aprender de otros y de sus experiencias.
• El humilde se valora correctamente a sí mismo y a los demás, eliminando el miedo a sentirse de menos valor cuando admite las equivocaciones, arriesgándose siempre a comenzar de nuevo y a superarse.
• La humildad produce paz y serenidad, logrando que las personas vivan más felices.
• La humildad facilita controlar el mal humor y las actitudes inadecuadas, lo que permite mejorar las relaciones con los seres queridos y con los demás.
• La humildad conlleva a ser mejores padres, pues, ayuda a transmitirle y enseñarle a nuestros hijos la capacidad de reconocer las habilidades, limitaciones y equivocaciones propias y de cada quien; les enseña que se puede ser feliz sin ser perfecto, y que hay que pedir disculpas cuando nos equivocamos; es decir, enseñar humildad a los hijos es criar hijos más sanos emocional, mental y físicamente.
• La humildad produce discernimiento para detectar el momento oportuno de comenzar o detener un proyecto, para saber cuándo callar o cuando hablar, cuando ceder o cuando retener; es decir, la humildad produce prudencia, la cual es muy necesaria para triunfar en la vida.
• La humildad busca la excelencia, minimiza los fracasos, obtiene resultados excelentes y, por ende, facilita el éxito.
Se puede concluir que la humildad, aparte se der la madre de las virtudes, es un estilo de vida; es una conducta que permite vivir mejor la vida, pues, las personas que carecen de humildad no pueden crecer o crecen por misericordia de Dios, porque la ausencia de humildad no les permite avanzar y produce estancamiento, evitando el progreso y un próspero futuro, también opaca la belleza más grande. Un ser humano sin humildad, es como un cuerpo sin emociones, sin alma.
Lo más hermoso de la humildad es que agrada el corazón de Dios, pues, nos permite reconocer que sin Él, no somos nada ni nadie. Sin amor y sin fe, es imposible ser humildes; si no tenemos fe, no podemos producir humildad; si no tenemos amor, tampoco podemos tener humildad. Por lo tanto, como Dios es amor, el resultado es que sin Dios es imposible ser humildes, y si no hay humildad, no hay vida; es decir, no vives, simplemente sobrevives.
Mis queridos lectores y amigos, les propongo que meditemos en cuáles son esas áreas de nuestra vida que nos impiden vivir el estilo de vida que representa humildad, y los invito para que trabajemos arduamente en ellas. Confío en Dios que después de recorrer, conocer y entender los tantos beneficios que tenemos cuando practicamos la humildad, tomes la decisión de vivirla. Al hacerlo, estarás asegurándote un mejor futuro, no solo para ti, también para tus seres amados, pues, la vida se hará más llevadera, vivirás más feliz y con Dios en el centro de tu vida.
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