¿por que eran prohibidos los libros en la dictaruda militar?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
40 años después del golpe cívico-militar que azotó a la Argentina, la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales recordó la censura ejercida por «El Proceso» y exhibió en una intervención pública los libros infanto juveniles que estuvieron prohibidos por ese régimen militar.
Organizada por el Centro de Mediación e Investigación sobre Prácticas de Escritura y Lectura Infantil y Juvenil (CEMILLIJ), la instalación participativa permitió, en un modo distendido, que estudiantes, docentes y no docentes compartieran lecturas y se informen sobre esa parte oscura de nuestra historia. La presentación contó también con la muestra del proyecto editorial del Centro Editor de América Latina (CEAL) que fue censurado y perseguido por la Junta Militar, tal fue la persecución a ciertos autores que se dispuso la quema de libros.
La quema de libros en la dictadura:
En 1978 la Junta Militar acusó a la editorial del Centro Editor de América Latina de “publicar y distribuir libros subversivos” y comenzaron los problemas con la editorial. Algunos de estos libros eran de Comte, Marx, Varsasky, Perón, Evita y el Che Guevara.
En la mañana del 30 de agosto de 1980, en un terreno baldío de la localidad bonaerense de Sarandí, un grupo de camiones volcadores descargó un millón y medio de libros, publicados por esa editorial. Después, un grupo de policías los roció con nafta y los incendió ante la presencia de Boris Spivacow, fundador del CEAL.
Después del hecho, Spivacow inició acciones legales y pudo recuperar algunos, pero la mayoría fueron quemados ese día, junto con otros miles que trataban temas tan diversos como el movimiento obrero, ciencia y el cuerpo humano.
«Boris Spivacow salvó por milagro su vida. Pero el Ceal nunca pudo reponerse de los golpes del Golpe.»
Libros Infantiles y juveniles censurados en la dictadura
A criterio de la Junta Militar, estos libros “eran subversivos” porque invitaban a imaginar y pensar realidades diferentes a la establecida. Claudia Santiago explicó que “La fantasía daba la posibilidad al niño para que pudiera imaginarse otro orden, otra manera de significar al mundo” con ese criterio los militares definían que estos libros tenían que estar prohibidos.
Algunos libros infantiles prohibidos:
La Torre de Cubos, obra de Laura Devetach
«Del análisis de la obra La Torre de Cubos se desprenden graves falencias tales como simbología confusa, cuestinamientos ideológicos-sociales, objetivos no adecuados al hecho estético, ilimitada fantasía, carencia de estímulos espirituales y trascendentes», sostiene la resolución N° 480 del Ministerio de Cultura y Educación de Córdoba que prohíbe la obra de Laura Devetach. Entre otros argumentos se aduce que el libro critica «la organización del trabajo, la propiedad privada y el principio de autoridad».
Un elefante ocupa mucho espacio, el libro de Elsa Bornemann
Fue prohibido el 13 de octubre de 1977, incluía también a otra obra El nacimiento, los niños y el amor, de Agnés Rosenstiehl, editado —junto al de Bornemann— por Librerías Fausto.
El decreto militar decía: «En ambos casos se trata de cuentos destinados al público infantil, con una finalidad de adoctrinamiento que resulta preparatoria a la tarea de captación ideológica del accionar subversivo (…) De su análisis surge una posición que agravia a la moral, a la Iglesia, a la familia, al ser humano y a la sociedad que éste compone.»
La ultrabomba, de Augusto Bianco
En La ultrabomba, un piloto se niega a cumplir la orden de arrojar una bomba. Ambos fueron prohibidos por el decreto N° 1888, del 3 de septiembre de 1976.
Cinco dedos, Ediciones de la Flor
Es un libro infantil en el que una mano verde persigue a los dedos de una roja que, para defenderse y vencer, se une y forma un puño colorado. Publicado en la Argentina por Ediciones de la Flor, el cuento fue prohibido el 8 de febrero de 1977 —según la fecha del Boletín Oficial— por tener «finalidad de adoctrinamiento que resulta preparatoria a la tarea de captación ideológica, propia del accionar subversivo»