¿Por que el virus aparece asociado a las células en comparación a las bacterias?
Respuestas a la pregunta
Los virus “necesitan de huéspedes vivos (humanos, animales o plantas) para poder multiplicarse y sobrevivir, ya que carecen de mecanismos propios”, señalan María Dolores Fernández, Bárbara Lara del Río, Yanira Pereira y Mari Carmen Magro, del Grupo de Enfermedades Infecciosas e Inmunología de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria.
Por su parte, las bacterias son organismos procariotas, es decir, que no tienen núcleo verdadero. “Muchas de ellas suelen localizarse en ciertas partes del cuerpo humano, llamándose flora saprofita, que comprende diferentes tipos de microorganismos según el lugar donde se encuentren”, tal y como explica María Tomas, del Servicio de Microbiología del Hospital La Coruña y vocal de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). Las condiciones medioambientales, “como la dieta, las condiciones sanitarias, la polución del aire y los hábitos higiénicos, influyen en el desarrollo de las especies que constituyen la flora saprófita de un individuo”.
Es importante señalar que “las bacterias no siempre causan enfermedades y que muchas veces protegen al organismo contra otras infecciones causadas por otros microorganismos”, apunta Tomas. De hecho, “vivimos con más bacterias que células en el cuerpo”, según López. “Tenemos casi dos kilos de bacterias en nuestro cuerpo conviviendo pacíficamente”. El problema aparece cuando son patógenas.
La forma de infectar de las bacterias y los virus también es diferente. Las bacterias tienen la propiedad de crecer y reproducirse por sí mismas, “no necesitan infectar una célula, simplemente entran en el organismo, se dividen y producen toxinas o colonizan un tejido, causando la patología”, informa López. Pero, como recuerda el experto, “sólo en algunos casos llegan a ocasionar enfermedades”.
De hecho, según el experto de la Seimc, “en cierta medida se puede decir que el organismo precisa de las bacterias para funcionar correctamente”, a diferencia de los virus que “en ningún caso pueden ser considerados como beneficiosos para el organismo”.
nte son los rhinovirus, suele remitir en el plazo de siete días y se recomienda, solo si es necesario, tratamiento sintomático”.
¿Qué ocurre con los antivirales? Es cierto que, en la actualidad, contamos con este tipo de tratamientos, sin embargo, tal y como indican desde Sefac, “su uso no está tan extendido como en el caso de los antibióticos, fundamentalmente porque estos medicamentos no tienen un espectro tan amplio (solo son activos frente a virus concretos y contados) y porque los virus tienen una capacidad de cambio abrumadora, ocasionando la aparición de resistencias muy rápidamente”.
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