¿Por qué el Niño Jesús se sobresalta al mirar al Arcángel? en el cuadro de nuestra señora del perpetuo socorro
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Respuesta:
En la entrada de la iglesia hay un letrero que cuenta la historia de la imagen en inglés, italiano y polaco. La cuna de este cuadro fue la isla de Creta, en el mar Egeo. En el siglo XV un mercader sustrajo el icono de una iglesia, lo escondió entre su equipaje y se embarcó rumbo a otras tierras. Durante la travesía sobrevino una gran tempestad y los pasajeros se encomendaron a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y todos lograron salvarse.
Poco después el mercader llegó a Roma con el cuadro. Luego se lo confió a un amigo para que lo dejase en alguna iglesia de la ciudad, pero este lo guardó en su casa. La Virgen se le apareció en sueños a su hija indicándole el deseo de que la imagen fuese llevada a una iglesia situada entre la Basílica de Santa María la Mayor y la Basílica de San Juan de Letrán, por lo que entregó la imagen a la Iglesia de San Mateo, regentada por los agustinos. La imagen suscitó la devoción en el barrio del Esquilino. Era el año 1499, en tiempos del papa Alejandro VI. Allí permaneció la imagen del Perpetuo Socorro durante trescientos años. Los escritores de la época narraron ampliamente los milagros atribuidos a la imagen. El siglo XVII parece ser el más intenso en la devoción y culto a la Virgen del Perpetuo Socorro.
En febrero de 1798, con la invasión de Napoleón, sus tropas se apoderan de Italia y destruyen en Roma más de treinta iglesias, entre ellas la de San Mateo. Los religiosos agustinos salvaron el icono, que fue llevado a la Iglesia de Santa María in Posterula.
En 1855 Eduardo Douglas y Brixio Queloz, miembros de los redentoristas, congregación fundada por San Alfonso María de Ligorio en el siglo XVIII, compraron un terreno al lado de la Via Merulana, muy cerca de Santa María la Mayor. Se llamaba Villa Caserta porque pertenecía a Michelangelo Caetani, duque de Caserta, y era el mismo lugar donde estuvo la Iglesia de San Mateo. Construyeron un cenobio y una iglesia. A través del padre Miguel Marchi se descubrió en 1865 el paradero del icono. El 11 de diciembre de 1865 el papa beato Pío IX, recibió al superior general de los redentoristas y aprobó oficialmente que fuese llevada de nuevo a ese lugar. Según la tradición, le dijo "denla a conocer a todo el mundo". El 19 de enero de 1866 la imagen regresó a la iglesia de San Alfonso, en el mismo emplazamiento donde había estado tres siglos.
Fue restaurada en 1866 por Leopold Nowotny. El 26 de abril de 1866 fue sacada en procesión y los tres días siguientes se celebró un triduo sacro.1 Ocupa el centro del ábside de la Iglesia de San Alfonso y su devoción e influencia se extiende a los cinco continentes.